“MÉTODOS Y HERRAMIENTAS
PARA LA INVESTIGACIÓN EDUCATIVA”
Por Lic. María Laura Valente
Jefa de Investigación IES 9005
El presente es un ensayo acerca de
algunos de los métodos más utilizados en investigación educativa,
que son igualmente compartidos en el ámbito de la investigación
cualitativa. El objetivo es brindar algunas alternativas que
permitan generar conocimiento desde el aula. A continuación, el
detalle de cada una de ellas
I)
Observación
participante
Para
Taylor y Bogdan (1996: 31), observación participante designa “(...)
la
investigación que involucra la interacción social entre el
investigador y los informantes en el medio de éstos, y durante la
cual se recogen datos de modo sistemático y no intrusivo.”
Para una caracterización descriptiva, vamos a hacer algunas
precisiones.
En
principio, la observación participante no debería guardar relación
con el carácter cualitativo o cuantitativo de una investigación.
“La relación entre los sujetos de la observación es cuestión
distinta del tipo de dato obtenido y de su tratamiento y análisis;
no obstante, la tradición y la praxis
nos muestran que su trayectoria ha transcurrido de forma pareja, e,
incluso, integrada.” (Anguera, 1995: 73) Habrá que profundizar,
entonces, las claves por las cuales la observación participante se
ha encuadrado en el paradigma
de la metodología cualitativa.
Usualmente
se distingue la observación en “participante” y “no
participante” según el rol adoptado por el observador. Sin
embargo, según Hammersley y Atkinson (en: Denzin y Lincoln, 1998:
111) esta dicotomía simple no es muy útil porque pareciera implicar
que el observador no participante no desempeña un rol reconocido;
puede ser el caso, pero también puede no serlo. La característica
más relevante de la observación directa es la preservación de la
espontaneidad del observado, por lo que la participación del
observador en algún sentido lleva en sí el riesgo de vulnerarla. La
variedad de matices que de aquí derivan permiten considerar la
participación como una continuum, cuyos límites lógicos son de
mínima y máxima participación:
Observación no participante: el
observador actúa de forma claramente neutra, sin que ni siquiera
necesite conocer al sujeto observado (por ej., en el patio de una
escuela se puede observar al “niño de campera de corderoy
verde”, o en una competencia deportiva al integrante del equipo
de camiseta Nº 10) y el observado en ningún momento se dirige al
observador como inicio de conducta interactiva o, si lo hace, no
sobrepasa en intensidad la forma como se dirigiría casualmente a
cualquier extraño.
Observación
participante:
se produce un tipo especial de interrelación entre observador y
observado, por un proceso en el que el investigador de forma
consciente y deliberada busca compartir, en todo lo que le permiten
las circunstancias, las actividades y, en ocasiones, los intereses y
afectos de un grupo de personas.
Algunas
dimensiones de variación en el tipo de observación se pueden
describir a partir de la respuesta a las siguientes preguntas:
¿Saben
todos los miembros del grupo que el observador es un investigador;
sólo lo saben algunos o no lo sabe nadie?
¿Cuánto
se sabe y qué se sabe del investigador, y quién lo sabe?
¿Qué
orientación asume el investigador, o en qué medida adopta
conscientemente el lugar de un miembro del grupo o de un extraño?
(El lugar que suele adoptar es la de un “nativo marginal”).
El
diseño de la investigación es flexible, antes y durante el proceso.
Aunque los observadores participantes tienen una metodología e
intereses investigativos generales, los rasgos específicos de su
enfoque evolucionan a medida que operan.
“Hasta
que no se entra en el campo, no se sabe qué preguntas hacer ni cómo
hacerlas. En otras palabras, la imagen preconcebida que tenemos de la
gente que intentamos estudiar puede ser ingenua, engañosa o
completamente falsa. La mayor parte de los observadores participantes
tratan de entrar al campo sin hipótesis o preconceptos específicos.”
(Taylor y Bogdan: 32)
Pero
sí tienen algunos interrogantes iniciales cuando entran en el campo.
Estos interrogantes pertenecen a una de dos amplias categorías:
sustanciales y teóricos (distinción análoga a la diferenciación
de Glaser y Strauss entre teoría “sustancial” y “formal”).
Sustanciales
o interrogantes relacionados con problemas específicos (Ej.:
aspectos del trabajo del personal) en un particular tipo de
escenario (Ej.: un bar, una escuela, una pandilla juvenil, otras
salas de la misma institución).
Teóricos,
ligados con problemas sociológicos básicos, como la desviación,
la socialización y el control social.
“Ambas
categorías están interrelacionadas. Un buen estudio cualitativo
combina una comprensión en profundidad del escenario particular
estudiado con intelecciones teóricas generales que trascienden ese
tipo particular de escenarios.” (Ibíd.: 33) Cuando entran al
campo, los investigadores cualitativos con frecuencia descubren que
sus áreas de interés no se ajustan a sus escenarios. Iniciado el
estudio, no debemos sorprendernos si el escenario no es como
pensábamos.
“En
el momento en que los observadores participantes inician un estudio
con interrogantes e intereses investigativos generales, por lo común,
no predefinen la naturaleza y número de los ‘casos’ –escenarios
o informantes- que habrán de estudiar.” (Ibíd.: 34)
Definen
su muestra sobre una base que evoluciona a medida que el estudio
progresa; Glaser y Strauss llaman “muestreo teórico” al
procedimiento mediante el cual los investigadores seleccionan
conscientemente casos adicionales a estudiar de acuerdo con su
potencial para el desarrollo de nuevas intelecciones o para el
refinamiento y la expansión de las ya adquiridas.
Selección
de escenarios
Según
Taylor y Bogdan (p. 36), el escenario ideal para la investigación es
aquel en el cual el observador:
Tales
escenarios sólo aparecen raramente. Por lo general, el investigador
debe negociar el acceso, gradualmente ganarse la confianza y
lentamente recoger datos que se adecuen a sus intereses. “No es
poco frecuente que los investigadores ‘pedaleen en el aire’
durante semanas, incluso meses, tratando de abrirse paso hacia un
escenario.” (Ibídem)
Finalmente,
deberían abstenerse de estudiar escenarios en los cuales tengan una
directa participación personal o profesional. “Cuanto más próximo
se está a algo, más difícil resulta desarrollar la perspectiva
crítica necesaria para conducir una investigación consistente.”
(Ibídem) Por otra parte, el temor a ofender a amigos podría tender
a limitar lo que se escribe en el informe de la investigación.
Acceso
a las organizaciones
Los
observadores participantes por lo general obtienen el acceso a las
organizaciones solicitando el permiso de los responsables. A estas
personas se las denomina porteros.
Hay que convencer al portero “(...) de que uno no es una persona
amenazante y que no dañará su organización de ningún modo.”
(Ibíd..: 37)
Una
vez que se logra que los porteros autoricen el acceso, el
investigador debe tomar distancia respecto de éstos. “Muchas
organizaciones se caracterizan por la tensión, si no por el
conflicto, entre los niveles superior e inferior de la jerarquía. Si
a los investigadores les interesa estudiar a personas de los niveles
inferiores, no deben aparecer como colaborando con porteros y
funcionarios, o flanqueándolos. Deben tener también en cuenta la
posibilidad de que los porteros les requieran informes sobre lo que
han observado. Cuando negocian su acceso, la mayor parte de los
observadores sólo se comprometen a proporcionar a los porteros un
informe muy general, tan general que nadie pueda ser identificado.”
(Ibíd.: 39)
Los
escenarios
en los que el observador participante puede desarrollar sus
observaciones se clasifican en:
Públicos
(parques, plazas, edificios gubernamentales, aeropuertos, estaciones
ferroviarias y terminales de ómnibus, esquinas de la ciudad, etc.).
Cuasi
públicos
(bares, restaurantes, teatros, negocios, etc.).
Privados
(casas, fábricas, etc.).
En
los escenarios públicos y cuasi públicos (o semi públicos), el
investigador no debe negociar su acceso, pero en los segundos, para
continuar con las observaciones, debe obtener permiso del
propietario, identificándose antes de que la gente comience a dudar
de sus intenciones, en especial si está envuelta en actividades
ilegales o marginales.
“Aunque
obtener acceso a estos escenarios no representa un problema, el
observador participante (en tanto participante como opuesto a pasivo)
debe desarrollar estrategias para interactuar con los informantes.
(...) Se recomienda que en los lugares públicos el observador se
ubique en ‘puntos de mucha acción’. En otras palabras, ir hacia
donde están las personas y tratar de iniciar con alguna de ellas una
conversación casual.” (Ibíd.: 40)
La
tarea por realizar para acceder a escenarios privados es análoga a
la del entrevistador para ubicar informantes. Tanto a los escenarios
como a los individuos hay que encontrarlos, el consentimiento para el
estudio debe ser negociado con cada uno. Hay varios lugares por los
que se puede comenzar: averiguar con amigos, parientes y contactos
personales; concurrir a los organismos y organizaciones sociales que
sirven a las personas en las que se está interesado; la publicidad
(publicar avisos en los periódicos locales o entregar volantes en
mano en los que se describe el estudio). “Desde luego, es
preferible empezar tan alto como se pueda, es decir, siendo
presentado a la persona de mayor prestigio del grupo que se quiere
estudiar.” (Ibíd.: 41)
¿Qué
se les dice a porteros e informantes?
Este
es uno de los problemas más delicados que se enfrenta en la
investigación de campo. Nuestro
informe debe ser veraz pero vago e impreciso.
“Esta actitud no sólo tiene bases éticas, sino también
prácticas. Si se falsean deliberadamente las propias intenciones,
habrá que vivir con el temor y la angustia de ser descubierto.
Existe también la posibilidad real de que nuestra coartada se
descubra y seamos expulsados del escenario o se hagan añicos
nuestras relaciones con los informantes.” (Ibíd.: 42)
No
es prudente proporcionar detalles de la investigación y de la
precisión con que se tomarán las notas.
“Un modo que hemos descubierto útil para explicar los intereses de
la investigación consiste en hacer saber a los sujetos que no
necesariamente estamos interesados en esa organización particular ni
en las personas específicas que encontramos en ella. En todos los
estudios los intereses del investigador abarcan más que un escenario
particular y conciernen al tipo general de organización. Si
procuramos acceso a una escuela, por ejemplo, deberíamos sugerir que
estamos interesados en comprender cómo es una
escuela, y no en la naturaleza de esa escuela en especial. Podríamos
explicar por qué esa organización particular constituye un
escenario ideal para la investigación, especialmente si la gente se
enorgullece de lo que está haciendo.” (Ibíd.: 43)
El
investigador se debe anticipar
a las objeciones (por
ej.: “Tenemos que proteger la privacidad de nuestros pacientes”;
“Estamos demasiado ocupados para responder a una ristra de
preguntas”; “Usted obstaculizará lo que estamos haciendo”; “De
todos modos, aquí no va a encontrar mucho de interesante”) y
tener las respuestas preparadas.
Además, por lo general, podemos darle ciertas garantías al portero
(lo que, a veces, se lo denomina el
pacto):
que nuestra investigación implica actividades no perturbadores ni
intrusivas y que garantizamos la confidencialidad y la privacidad de
las personas.
Recolección
de datos
Se
deben llevar notas
de campo detalladas,
que deben registrarse después de los encuentros cara a cara. El
trabajo de campo en la observación participante incluye tres
actividades principales:
Interacción
social no ofensiva: lograr que los informantes se sientan cómodos y
ganar su aceptación.
Estrategias
y tácticas de campo: modos de obtener datos.
Registro
de los datos: notas escritas del campo.
La
entrada en el campo
Los
observadores permanecen relativamente pasivos a lo largo del curso
del trabajo de campo, pero en especial durante los primeros días.
Durante estos primeros días, la recolección de datos es secundaria
para llegar a conocer el escenario y las personas. Las preguntas que
se hagan tienen la finalidad de ayudar a romper el hielo.
Es
importante explicar quién es uno a todas
las personas del escenario. “En un estudio sobre el empleo de los
medios de comunicación por los maestros, por ejemplo, los
investigadores entrevistaron a cada docente individualmente para
explicarle el estudio y obtener su permiso a fin de observar en cada
salón de clase, por más que esto ya había sido autorizado por los
administradores.” (Ibíd..: 51-52). Asimismo, de modo sutil, se
debería hacerles saber que lo que nos digan no
será comunicado
a otros.
Las
observaciones son útiles sólo en la medida que pueden ser
recordadas y registradas. No
permanezca en el campo si olvidará muchos de los datos o no tendrá
tiempo para tomar notas.
La
negociación del propio rol
“Las
condiciones de la investigación de campo -qué, cuándo y a quién
observar- deben ser negociadas continuamente. Hay
que establecer un equilibrio entre la realización de la
investigación tal como uno considera adecuado y acompañar a los
informantes en beneficio del rapport.”
(Ibíd.: 53)
Establecer
rapport
con los informantes significa:
Comunicar
la simpatía que se siente por los informantes y lograr que ellos la
acepten como sincera.
Penetrar
a través de las “defensas contra el extraño” de la gente.
Lograr
que las personas se “abran” y manifiesten sus sentimientos
respecto del escenario y de otras personas.
Ser
visto como una persona inobjetable.
Compartir
el mundo simbólico de los informantes, su lenguaje y sus
perspectivas.
Sugerencias
para lograr rapport con los informantes (pp. 56-58):
Reverenciar
sus rutinas: acomodarse a las rutinas y los modos de hacer las cosas
de los informantes.
Establecer
lo que se tiene en común con la gente.
Ayudar
a la gente: Un investigador informa que durante su trabajo de campo
sirvió como chofer, lector, acarreador de equipajes, baby-sitter,
acomodador en una conferencia, telefonista en momentos de mucha
actividad, mensajero, además de haber prestado libros, escrito
cartas y otras cosas.
Ser
humilde.
Interesarse.
Participación
“Cuando
el compromiso activo en las actividades de las personas es esencial
para lograr la aceptación, hay que participar por todos los medios,
pero sabiendo dónde trazar la línea divisoria.”
(Ibíd.: 58) El observador participante camina sobre una delgada
línea que separa al participante activo (“participante como
observador”) del observador pasivo (“observador como
participante”).
Hay,
sin embargo, ocasiones en las que es preferible no ser aceptado como
auténtico miembro del escenario o grupo:
Por
otra parte, se debe evitar actuar y hablar de modos que no se adecuan
a la propia personalidad.
Idealmente,
los observadores participantes desarrollan relaciones abiertas con
todos los informantes, y tratan de cultivar relaciones estrechas con
una o dos personas conocedoras y respetadas. A estas personas se las
denomina informantes
clave,
muy necesarios en las primeras etapas de la investigación. “Los
informantes clave apadrinan al investigador en el escenario y son sus
fuentes primarias de información.” (Ibíd.: 61)
Tácticas
de campo
A
medida que se dejan atrás los primeros días en el campo, se debe
dedicar una atención creciente a hallar los modos de ampliar los
conocimientos sobre el escenario y los informantes. Algunas tácticas
para lograrlo son:
Actuar
como ingenuos:
presentarse como extraños ingenuos pero interesados es un medio
eficaz para obtener datos; al presentarse como “incompetente
aceptable”, uno puede formular preguntas sobre “lo que todo el
mundo sabe”. En un estudio, el observador aplicó la siguiente
estrategia para lograr acceso a los registros: formuló preguntas
ingenuas sobre los cocientes de inteligencia de los residentes y
sobre acontecimientos determinados que el sabía no podían ser
respondidas por el personal sin consultar los archivos (Ibíd.: 66).
Estar
en el lugar adecuado en el momento oportuno.
Los
informantes no deben saber exactamente qué es lo que estudiamos,
para reducir la inhibición del observado y la amenaza que pueda
percibir y para evitar que oculten cosas al observador o que pongan
en escena determinados acontecimientos para que él los vea.
Notas
de campo
La
observación participante depende de un registro completo, preciso y
detallado. “Las notas de campo deben incluir descripciones de
personas, acontecimientos y conversaciones, tanto como las acciones,
sentimientos, intuiciones o hipótesis de trabajo del observador. La
secuencia y duración de los acontecimientos y conversaciones se
registra con la mayor precisión posible. La estructura del escenario
se describe detalladamente. En resumen, las notas de campo procuran
registrar en el papel todo lo que se puede recordar sobre la
observación. Una buena regla establece que si
no está escrito, no sucedió nunca.”
(Ibíd.: 75)
Sugerencias
para recordar palabras y acciones:
Prestar
atención: observar, escuchar, concentrarse.
Cambiar
la lente del objetivo, pasar de una “visión amplia” a otra de
“ángulo pequeño”. Como es imposible concentrarse en todo lo
que ocurre, enfocar a una persona, interacción o actividad
específicas mientras, mentalmente, se bloquean las otras.
Buscar
“palabras o frases clave” en las observaciones de la gente, que
permitirán recordar el significado
de las observaciones. “Y son significados lo que nos interesa.”
(Ibíd.: 77)
Reproducir
mentalmente las observaciones y escenas.
Abandonar
el escenario cuando se haya observado todo lo que se está en
condiciones de recordar. “En un nuevo escenario es probable que no
se pase observando más de una hora, a menos que suceda algo
importante. A medida que se conoce un escenario y se aprende a
recordar, se puede pasar más tiempo en el campo.” (Ibíd.: 77-78)
Tomar
las notas tan pronto sea posible.
En
este apartado se siguió fundamentalmente a:
Taylor,
S. y Bogdan, R. (1996). Introducción
a los métodos cualitativos en investigación
(3º reimpresión) (31-99). Barcelona: Paidós. (Trad. del original
estadounidense de 1984).
II)
Entrevista
en profundidad
Según Blanchet (1989), hablar y hacer hablar es la técnica más
evidente y la menos conocida. ¿Qué lugar ocupa en la
metodología de la investigación? ¿Qué mecanismos determinan el
desarrollo del discurso? ¿Cómo incrementar la pertinencia y la
eficacia de la entrevista de investigación?
En
este apartado se sigue fundamentalmente a Taylor y Bogdan (1996:
100-132).
Son
reiterados encuentros cara a cara entre el investigador y los
informantes, dirigidos hacia la comprensión de las perspectivas que
tienen los informantes respecto de sus vidas, experiencias y
situaciones, tal como lo expresan con sus propias palabras.
Pueden
diferenciarse tres tipos de entrevistas en profundidad:
Historias
de vida:
“(...) el investigador trata de aprehender las experiencias
destacadas en la vida de una persona y las definiciones que esa
persona aplica a tales experiencias.” (Taylor y Bogdan, 1996: 102)
Aprendizaje
sobre acontecimientos y actividades que no se pueden observar
directamente: “En este tipo de entrevistas, nuestros
interlocutores son informantes en el más verdadero sentido de la
palabra. Actúan como observadores del investigador, son sus ojos y
oídos en el campo. (...) deben describir lo que sucede y el modo en
que otras personas lo perciben.” (Ibíd.: 103)
Finalidad
de proporcionar un cuadro amplio de una gama de escenarios,
situaciones o personas: las entrevistas se utilizan para
proporcionar un número relativamente grande de personas en un
lapso relativamente breve.
Las
entrevistas en profundidad son especialmente adecuadas cuando:
Los
intereses de la investigación son relativamente claros y están
bien definidos.
Los
escenarios o las personas no son accesibles de otro modo.
El
investigador tiene limitaciones de tiempo.
La investigación depende de una amplia gama de escenarios o
personas: “En la investigación cualitativa, un ‘grupo de uno’
puede ser tan esclarecedor como una muestra grande (...). Sin
embargo, hay casos en que el investigador quiere sacrificar la
profundidad de la comprensión que se obtiene enfocando
intensivamente un escenario o personas únicos, en beneficio de la
amplitud y de la posibilidad de generalizar que se logra estudiando
toda una gama de lugar y personas.” (Ibíd.: 105-106)
Selección
de informantes
“Como
la observación participante, las entrevistas cualitativas requieren
un diseño flexible de la investigación. Ni el número ni el tipo de
informantes se especifica de antemano. El investigador comienza con
una idea general sobre las personas a las que entrevistará y el modo
de encontrarlas, pero debe estar dispuesto a cambiar de curso después
de las entrevistas iniciales.” (Ibíd.: 108)
Es
difícil determinar a cuántas personas se debe entrevistar en un
estudio cualitativo. Se puede emplear la estrategia del muestreo
teórico
para seleccionar las personas a entrevistar. “En el muestreo
teórico, el número de ‘casos’ estudiados carece relativamente
de importancia. Lo importante es el potencial de cada ‘caso’ para
ayudar al investigador en el desarrollo de comprensiones teóricas
sobre el área estudiada de la vida social.” (Ibídem) El momento
de detener el proceso se llama saturación
teórica:
cuando la entrevista de personas adicionales no produce ninguna
comprensión auténticamente nueva.
Tal
como sucede en la observación participante, el modo más fácil de
constituir un grupo de informantes es la técnica de la bola
de nieve:
conocer a algunos informantes y lograr que ellos nos presenten a
otros.
En
estas entrevistas es importante plantear:
Los
motivos e intereses del investigador.
Anonimato:
en general, es sensato utilizar seudónimos para designar a las
personas y los lugares en los informes.
La
palabra final: “Un modo de ganar la confianza de los informantes
consiste en decirles que tendrán la oportunidad de leer y comentar
los borradores de cualquier libro o artículo antes de la
publicación. (...) Aunque nosotros somos renuentes a conceder a los
informantes la palabra final sobre el contenido del material
escrito, permitirles que revisen los originales fortalece la
relación entre ellos y el investigador y la calidad del estudio.”
(Ibíd.: 113)
Logística:
hay que establecer un horario para los encuentros. “Una entrevista
requiere por lo general unas dos horas. (...) Para preservar la
continuidad de las entrevistas, los encuentros deben ser
aproximadamente semanales. (...) Se debe tratar de hallar un sitio
con privacidad donde se pueda hablar sin interrupciones y el
informante se sienta relajado.” (Ibíd.: 114)
Guía
de la Entrevista
Se emplea para asegurarse de que se exploran los temas claves con un
cierto número de informantes. No es un protocolo estructurado, sino
una lista de áreas generales que deben cubrirse con cada informante.
Es especialmente útil en la investigación en equipo, ya que
proporciona un modo de asegurar que todos los investigadores exploren
con los informantes las mismas áreas generales.
Situación
de entrevista
El
entrevistador debe crear un clima en el que los entrevistados se
sientan cómodos para hablar libremente de sí mismos. Las
entrevistas en profundidad requieren capacidad para relacionarse con
otros en sus propios términos, siguen el modelo de la conversación
entre iguales, y no de un intercambio formal de preguntas y
respuestas.
No
hay ninguna fórmula simple para entrevistar con éxito, pero como
recomendaciones se pueden enumerar:
No
abrir juicio.
Permitir
que la gente hable: “En especial durante las entrevistas
iniciales, es necesario no interrumpir al informante aunque no
estemos interesados en el tema que toca. (...) Cuando el
entrevistado comienza a hablar sobre algo importante, deje que la
conversación fluya. Los gestos de simpatía y las preguntas
pertinentes sirven para mantenerlo en el tema.” (Ibíd.: 121-122)
Prestar
atención: “(...) significa comunicar un interés sincero en lo
que los informantes están diciendo, y saber cuándo y cómo indagar
formulando la pregunta correcta.” (Ibíd.: 122)
Ser
sensible: “Los entrevistadores siempre deben percibir el modo en
que sus palabras y gestos afectan a los informantes. A veces tienen
que ‘hacerse los tontos’, pero no ser insultantes. Deben ser
simpáticos, pero no tratar con condescendencia. Deben saber cuándo
indagar, pero mantenerse alejados de las heridas abiertas.”
(Ibíd.: 122-123)
“Durante
la entrevista, se debe continuar indagando para obtener clarificación
hasta que se esté seguro de lo que el informante quiere decir
exactamente: reformular lo que dijo y pedir confirmación; pedir al
entrevistado que proporcione ejemplos; señalar lo que no está claro
para nosotros.” (Ibíd..: 124) Puesto que se espera que los
informantes se abran por completo, tienen que encontrar alguna
compensación en lo que los entrevistadores dicen sobre sí mismos.
Probablemente no sea prudente que los entrevistadores no
exterioricen en absoluto sus sentimientos.
Controles
Cruzados
“Mientras
los entrevistadores cualitativos tratan de desarrollar una relación
abierta y honesta con los informantes, deben estar alertas ante
eventuales exageraciones y distorsiones en las historias.” (Ibíd.:
125)
En
la investigación cualitativa, resulta difícil el problema de la
“verdad”. El investigador cualitativo no está interesado en la
verdad per
se,
sino en perspectivas. Trata de extraer una traducción más o menos
honesta del modo en que los informantes se ven realmente a sí mismos
y a sus experiencias. La validez y valor del documento personal no
depende de su objetividad y veracidad. Por ejemplo, no se espera que
el delincuente necesariamente describa sus situaciones de vida con
objetividad. Lo que se desea es que su historia refleje sus propias
actitudes e intereses personales. “Las racionalizaciones, las
fábulas, los prejuicios, las exageraciones, son tan valiosos como
las descripciones objetivas, siempre que, desde luego, esas
reacciones sean adecuadamente identificadas y clasificadas.”
(Ibíd.: 126)
En
contraste con el observador participante, al entrevistador le falta
el conocimiento directo del modo en que las personas que estudia
actúan en su vida cotidiana. No obstante ello, en las entrevistas en
profundidad se pasa el tiempo necesario para saber cuándo una
persona elude un tema o simula, y se puede “leer entre líneas”
para saber si están fabricando una historia.
La
realización de controles
cruzados
tienen como fin examinar la coherencia de los dichos en diferentes
relatos del mismo acontecimiento o experiencia. Asimismo, para
controlar las afirmaciones de los informantes se debe apelar a tantas
fuentes de datos como resulte posible. Se pueden confrontar las
narraciones de los informantes con documentos oficiales, con las
narraciones de otras personas conocedoras, con nuestras propias
observaciones y experiencias.
“Probablemente el mejor modo de tratar las contradicciones e
incoherencias internas consista en plantear el problema directamente.
Enfrente a la persona con las pruebas, en términos amables.”
(Ibíd.: 127)
Entrevistas
grabadas
“Aunque
los grabadores, por simple presencia, pueden modificar lo que la
gente dice en las primeras etapas de la investigación, los
entrevistadores pueden por lo general salir del paso con entrevistas
grabadas. (...) el entrevistador cuenta con un lapso considerable
para lograr que los informante se relajen y acostumbren al aparato.
(....) Incluso aunque los informantes no presten mucha atención a la
grabación, trate de reducir a un mínimo la presencia del grabador.
Use un aparato pequeño y colóquelo fuera de la visión. El
micrófono no debe ser intrusivo: tendrá una sensibilidad suficiente
como para recoger las voces sin que sea necesario hablar frente a él.
Utilice cassettes de larga duración para que no sea necesario
interrumpir la conversación con frecuencia.” (Ibíd.: 130-131)
Texto
preparado sobre la base de:
Blanchet, Alain (198/).
Técnicas de
investigación en ciencias sociales.
Madrid: Narcea. (Trad. del original francés de 1987).
Taylor, S.J. y Bogdan, R.
(1996). Introducción
a los métodos cualitativos de investigación (3º
reimpresión).
Barcelona: Paidós.
(Trad. del original estadounidense de 1984).
III)
Grupos focales
David
Morgan subraya que el propósito de los grupos de discusión es poner
en contacto diferentes perspectivas, es comprender la experiencia de
los participantes sobre el foco de investigación a través de un
proceso abierto y emergente.
El investigador cualitativo reúne a un grupo de personas
relativamente pequeño, para averiguar qué opinan, cómo se sienten
o qué saben sobre el foco de estudio del investigador.
En
un grupo de discusión bien dirigido, los participantes tienen la
ocasión de escuchar las contribuciones de los demás, lo que puede
aportar nuevos puntos de vista y ayudar a desarrollar más claramente
las ideas de todos. Durante el proceso de la entrevista puede surgir
información que en la entrevista individual habría sido omitida o
ni siquiera tenida en cuenta.
Las
personas tienen la oportunidad de reflexionar en voz alta sobre sus
percepciones personales acerca de determinados temas o eventos, y a
veces obtener una nueva comprensión a través de las interacciones
con otros miembros del grupo. Morgan afirma que las entrevistas
de grupo son especialmente útiles para investigar lo que la gente
piensa y para describir por qué la gente piensa como lo hace.
Marco
teórico/metodológico
Trabajar
en el campo de la investigación social implica, entre otras cosas,
producir discursos. El grupo focal es una herramienta a la que se
puede recurrir para producir el discurso.
El
manejo de esta técnica también incluye el trabajo con información,
información en forma de discurso: flujo de mensajes que circulan
entre los miembros de un grupo que pone en forma de habla sus
representaciones de la realidad, las exterioriza en un espacio
físico-temporal.
La
técnica no se propone como una herramienta única. Un objeto de
estudio social se puede abordar desde distintas formas y
procedimientos, diferentes perspectivas, etc. Para acercarse a ese
pedazo de realidad y preguntarle cosas, el investigador también
puede valerse de muchas otras herramientas. El investigador debe
decidir cuál. Debe explicar por qué esa o esas técnicas y contar
cómo lo hizo; lo debe hacer consciente. “Las técnicas nos ayudan
a formalizar diversos recortes informativos de la realidad, datos,
sí, pero fatalmente embarazados de interpretación. En la oscuridad
todos los datos o son negros o son obvios, sobre todo cuando solemos
pensar que tienen que ver con la teoría y nuestros propios criterios
de descripción.”
Las
formas que presenta la realidad social, en cuanto a su dinamismo y
complejidad, no nos dejan abordarla con una metodología cualitativa
o cuantitativa, por más complejas que estas sean. La realidad
requiere de metodólogos que diseñen una cultura de investigación
que desarrolle con imaginación y creatividad el potencial que cada
una de las metodologías puede dar si se usan en forma combinada.
Sesiones
de grupo como dispositivo conversacional
Se
llama situación
de discurso
al conjunto de circunstancias, en medio de las cuales se desarrolla
un acto de enunciación (escrito u oral). Tales circunstancias
comprenden un entorno físico y social en el que se realiza ese acto,
la imagen que tienen de él los interlocutores, la identidad de estos
últimos, la idea que cada uno se hace del otro (e incluso la
representación que cada uno posee de lo que el otro piensa de él),
los acontecimientos que han precedido el acto de enunciación.
Hay
que colocarse en una posición estratégica, en forma de encuentro,
no de búsqueda. Así, el grupo es una fábrica de discursos que
hacen uno solo, el del mismo grupo. Este discurso se produce a través
de discursos individuales que chocan y se escuchan, y a su vez, son
usados por los mismos participantes en forma cruzada, contrastada y
enfrentada.
El
moderador hace una propuesta, el grupo la fija y la ordena, según
criterios de pertinencia, para poder así constituir el sentido
social correspondiente al campo semántico concreto en el que se
inscribe la propuesta.
¿Por
qué se habla de un moderador? ¿Por qué y cómo fija y ordena el
grupo? ¿Qué son los criterios de pertinencia? Se trata de la
búsqueda de consensos, de disensos, se develan deseos y necesidades,
información preconstituida en la mente del individuo que contrasta
con la de los demás; todo lo anterior proviene del aprendizaje
cotidiano, de las vivencias, de lo percibido en la experiencia.
Las
perspectivas de investigación
“El
investigador social suele elegir, sin pensar demasiado en la
elección, la técnica que tiene más a mano: bien por razones
personales (uno es experto en esa técnica), bien por razones
organizativas (uno trabaja en una organización constituida para
trabajar con esta técnica, bien por razones institucionales (uno
pertenece a una institución interesada en vender esa técnica)”.
Bourdieu
señala las “tres operaciones necesarias para el dominio científico
de los hechos sociales”: una conquista contra la ilusión del saber
inmediato (epistemológica), una construcción teórica
(metodológica) y una comprobación empírica (tecnológica).
Bourdieu se inspira en Bachelard, para quien el hecho científico se
conquista, se construye y se comprueba.
Niveles
|
Operaciones
|
Modalidades
|
Epistemológico
|
Conquista
|
¿Para
quién? / ¿para qué?
|
Metodológico
|
Construcción
|
¿Por
qué?
|
Tecnológico
|
Comprobación
|
¿Cómo?
|
La
investigación mediante grupos de discusión está sostenida por la
estrategia de un sujeto. Este observa e investiga un objeto que a su
vez puede constituir un sistema. Hay dos medios de informar (en
sentido de dar forma) un sistema: inyectándole información desde
fuera (programándolo) o construirlo de modo que pueda producir
información.
El
investigador que quiera hacer uso de esta técnica tiene que verse
como un observador sujeto en proceso, es decir, en cambio constante.
Esto es importante, ya que la técnica que aquí nos ocupa implica un
diseño que puede cambiar sobre la marcha.
Tamaño
del grupo
Usualmente,
la sesión se empieza indicando que es importante escuchar lo que
dicen los demás. Hay que tener cuidado en no saturar los canales de
comunicación que puede tener cada miembro del grupo, no sólo
pidiendo que no hablen varios a la vez, sino también controlando el
número de participantes. Se
sugiere cuatro participantes como mínimo y diez como máximo.
El
tiempo
Se
recomienda no más de una hora y media.
Esto no quiere decir que debe durar noventa minutos exactos, pero se
ha percibido que después de este tiempo, el grupo sufre cierto
desgaste energético y comienza a tener un rendimiento desparejo.
Configuración
del grupo de discusión
El
grupo está configurado básicamente por dos partes: el moderador y
el grupo.
El
moderador
Se
denomina moderador a la persona que va a dirigir la sesión. Se
destaca así el hecho de que no realiza una entrevista tan directa
como la que tiene lugar en situaciones individuales. El papel del
moderador es más efectivo si demuestra un interés genuino al tiempo
que desconocimiento mediante incitaciones verbales y gestuales a la
participación de los miembros del grupo, y mediante preguntas de
sondeo en busca de clarificación y elaboración.
Es
fundamental que el investigador sepa qué está buscando. Mientras
tiene lugar el grupo de discusión, el investigador debe dirigir la
conversación hacia lo que él cree o espera que resulta en una
discusión espontánea, interesante y participativa sobre el foco de
estudio.
El
grupo-Selección de participantes
Dos
consideraciones a tener en cuenta:
¿A
quién debemos incluir en el grupo?
¿Qué
les debemos preguntar?
El
foco de investigación es un buen principio para responder estas
preguntas.
En
la selección se dan dos tipos de operaciones, una algebraica y otra
topológica. Determinación algebraica (abstracta) de las clases de
participantes (se podría construir un perfil de los miembros
potenciales del grupo de discusión). Contacto concreto, mediante
redes topológicas, con los participantes, su origen y las relaciones
de cada uno en ese origen, en ese contexto. El contacto topológico
para traer a los participantes al grupo implica la utilización de
redes de relaciones, de comunicación.
Territorio
El
local donde se realiza la sesión del grupo es, por lo regular, un
recinto cerrado hacia fuera y abierto hacia adentro, Es cerrado hacia
fuera pues se trata, mientras dura la sesión, de que nadie moleste y
de que los participantes se sientan lo más confortable posible para
poder dialogar con los demás; es abierto hacia adentro pues la
discusión irá poniendo nuevas rutas o temas a tratar por los
miembros participantes y por el moderador.
Los
locales naturales son mejores. Esta naturalidad radica principalmente
en su neutralidad: abiertos para todos. Locales ideales para
representar esa neutralidad son los hoteles y los centros de
investigación y universidades (representan el saber o los que
saben).
Guía
de la Entrevista
El
guión de la entrevista es una serie relativamente breve de temas y
preguntas que el investigador utiliza para dirigir la conversación
del grupo.
Interpretación
y análisis del discurso
No
hay una
guía para la interpretación y análisis del discurso. Las
recomendaciones señalan que la comprensión de las acciones requiere
tanto de reconstruir el contexto como de revivir el contenido
espiritual. El significado no es sólo una cuestión de lenguaje,
sino que se encuentra también en las acciones. El significado en la
experiencia de vida es variable y contextual, y el método para
conocerlo es empático.
Bibliografía:
Maykut,
Pamela y Morehouse, Richard (1994). Investigación
cualitativa. Guía práctica y filosófica.
Barcelona: Hurtado.
Russi
Alzaga, Bernardo (1998). Grupos de discusión. De la investigación
social a la investigación reflexiva. En: J. Galindo Cáceres
(Coord.). Técnicas
de investigación en sociedad, cultura y comunicación.
México: Addison Wesley Longman.
IV) Escala
Likert
La forma más común de medición mediante escalas es la escala
Likert, cuyo nombre proviene de su creador, el psicólogo
estadounidense Rensis Likert, que la presentara en una monografía
publicada en 1932, aunque se trata de un enfoque vigente y
bastante popularizado.
Está especialmente destinada a medir actitudes, es decir, el
modo consistente de responder frente a un objeto, en el que se
incluyen elementos: a) cognoscitivos (conjunto de conocimientos y
juicios de valor que implican una evaluación positiva o negativa del
objeto y una apreciación de las maneras adecuadas o inadecuadas de
responder); b) afectivos (sentimientos favorables o desfavorables
hacia el objeto) y c) conductuales (expresión de un movimiento
volitivo, que remite a la persistencia de la actitud y a la
consistencia en distintas manifestaciones conductuales).
Respecto
de la evaluación del área volitivo-afectiva, afirma Rensis Likert
(en Summers, 1976: 182): “Los esfuerzos por medir los rasgos de
personalidad datan de la misma época que las técnicas para medir
capacidad intelectual; pese a ello, muy difícil sería sostener que
aquellos hayan logrado un éxito similar.”
En
su versión original, la escala Likert consta de varios enunciados
declarativos (juicios) que expresan un determinado punto de vista u
opinión sobre un objeto y con respecto a los cuales se pide al
sujeto que exprese el grado en que concuerda o no. Es decir, se
presentan proposiciones y se le solicita que, para cada una, elija
una categoría de respuesta. Ejemplos de las alternativas o
categorías en la escala Likert:
Afirmación:
Votar es una obligación de todo ciudadano responsable.
(Marque con una cruz)
Alternativa
1
(....) Muy de acuerdo (....) De
acuerdo (....) Ni de acuerdo ni en desacuerdo (....) En desacuerdo
(....) Muy en desacuerdo
Alternativa
2
(....) Totalmente de acuerdo
(....) De acuerdo (....) Neutral (....) En desacuerdo (....)
Totalmente en desacuerdo
Alternativa
3
(....) Definitivamente sí
(....) Probablemente sí (....) Indeciso (....) Probablemente no
(....) Definitivamente no
Alternativa
4
(....) Completamente verdadero
(....) Verdadero (....) Ni falso, ni verdadero (....) Falso (....)
Completamente falso
Alternativa
5
(....) Lo apruebo totalmente
(....) Lo apruebo (....) Estoy en duda (....) Lo desapruebo (....)
Lo desapruebo totalmente
Alternativa
6
(....) Siempre (....)
Generalmente (....) A veces (....) Raras veces (....) Nunca
En
la actualidad, la escala original se ha extendido a preguntas y
observaciones. Por ejemplo: ¿Cómo
considera usted a Tinelli, el conductor de “Videomatch”?
( ) Muy buen conductor ( ) Buen conductor ( ) Regular ( ) Mal
conductor ( ) Muy mal conductor
Su confección
Los pasos principales que se siguen en la construcción de una
escala Likert son:
Definición conceptual de la variable o actitud que se va a medir.
Recopilación de indicadores de esa variable (enunciados, preguntas,
etc.). Los enunciados, que funcionan como “reactivos”,
conceptúan al objeto de la actitud que se está evaluando;
es muy recomendable que no excedan de veinte palabras.
Cuando
Rensis Likert explica cómo armaron la escala para medir actitudes
internacionales e interraciales en su equipo de investigación (en
Summers: 183) señala que hicieron, en primer lugar, un examen de los
cuestionarios aplicados, con los mismos propósitos, por otros
psicólogos. Además, examinaron más de 200 periódicos y revistas;
se entresacaron declaraciones de opinión, prefiriéndose las más
dogmáticas, encontradas a menudo en las editoriales. Se incluyeron
reactivos tomados de libros, discursos y panfletos, y otros
elaborados por los investigadores mismos. Siempre que fue posible
usar material de cuestionario, que ya hubiera sido probado
extensamente, prefirieron emplear los enunciados exactamente como se
habían expresado. En otros casos, fue necesario abreviarlos y
simplificarlos, a fin de asegurar que solamente se considerara un
asunto y de evitar la ambigüedad. Cuando elaboraron indicadores
propios, buscaron principalmente la sencillez, claridad y brevedad.
Por
otra parte, explica que los reactivos se presentaron de forma que
permitieran un “juicio de valor” y no “juicios descriptivos”
(abundan frases del tipo “los Estados Unidos deberían”, o
“deberíamos”, o “a ninguna persona se le debe permitir”),
esto es, “(...) tienen que referirse a los deseos, anhelos,
disposiciones voluntarias de los sujetos, y no a sus opiniones con
respecto a meras situaciones de hecho.” (p. 184)
Un aspecto muy importante de la escala Likert es que asume que los
enunciados miden la actitud hacia un único concepto subyacente;
si se pretende medir actitudes hacia varios objetos, deberá
confeccionarse una escala por objeto; aunque se presenten
conjuntamente, se califican por separado.
En cada escala, se considera que todos los ítems tienen igual
peso.
¿Cuántos enunciados debe contener una escala Likert? En verdad, no
hay una respuesta definitiva para esta pregunta, por cuanto el
número varía según la complejidad de la variable que se quiere
medir (recordemos que los enunciados que se eligen pretenden ser una
muestra del “universo de indicadores” de esa variable). Sin
embargo, es común encontrar escalas con más de 20 enunciados. El
número original de proposiciones puede verse disminuido cuando se
lleva a cabo el análisis del poder de discriminación –que
abordaremos después- de cada reactivo (poder de discriminación es
la capacidad de cada indicador para diferenciar bien a las personas
en la actitud medida o su potencialidad para hallar diferentes
grados de intensidad de la actitud bajo examen).
Los enunciados pueden tener dirección positiva (favorable)
o negativa (desfavorable). Dicha dirección es muy
importante para saber cómo se califican las cinco categorías de
respuesta.
Si el enunciado es positivo (si es favorable al objeto), cuanto más
de acuerdo esté el sujeto con el mismo, más favorable es su
actitud. Por ejemplo, dada la afirmación El Ministerio Nacional
de Educación es necesario para asegurar la unidad educativa del
país, si el sujeto está “muy de acuerdo” implica una
actitud más favorable hacia el Ministerio Nacional de Educación que
si sólo está “de acuerdo”.
Si el enunciado es negativo (si es desfavorable al objeto), cuanto
más de acuerdo esté el sujeto con el mismo, más desfavorable es su
actitud. Luego, dada la afirmación El Ministerio Nacional de
Educación es un organismo que atenta contra el principio de
federalización, si el sujeto está “muy de acuerdo” muestra
una actitud más desfavorable hacia el Ministerio Nacional de
Educación que si está “de acuerdo”. En cambio, si elige “muy
en desacuerdo” implica una actitud favorable hacia dicho
Ministerio, porque está rechazando la afirmación que conceptúa
negativamente al objeto de la actitud. Un ejemplo cotidiano de
afirmación negativa sería Adriana es una mala amiga;
mientras más de acuerdo estemos con esta afirmación, menos
favorable es nuestra actitud hacia Adriana.
Hay escalas que solo incluyen enunciados negativos (por ejemplo,
existe una escala que evalúa, mediante este tipo de enunciados,
posición antisemita). Ello porque, por un lado, tienden a ser más
discriminativos (esto es, muestran más claramente distintos niveles
en la actitud que se evalúa: desde –para seguir con el ejemplo-
actitud muy antisemita hasta rechazo de la actitud antisemita) y, por
otro lado, porque pueden redactarse de tal modo que expresen la
hostilidad con mayor sutileza.
En
general, cuando la actitud por evaluar lo permite, se recomienda
incluir ambos tipos de enunciados –positivos y negativos-, en un
número similar o igual, para evitar que el sujeto responda en forma
mecánica (por ejemplo, decir en todos y cada uno de los enunciados:
de acuerdo).
Si
se aplican juntas dos o tres escalas, conviene mezclar los enunciados
de todas, a fin de evitar también la respuesta mecánica.
No deben incluirse enunciados neutrales o aquellos cuyo
carácter extremo llevaría a esperar que casi cualquiera
concuerde con ellos o los rechace, pues el propósito es distribuir
las distintas actitudes o características de los integrantes de la
población o muestra a lo largo de un continuo (desde actitud muy
favorable –o desfavorable- a actitud muy desfavorable –o
favorable-).
En relación con el punto anterior, una vez formulada la escala, se
debe proceder a su revisión a fin de eliminar enunciados que
resulten oscuros y/o ambiguos; para ello, se puede recurrir al
auxilio de “jueces independientes”, es decir de expertos que no
hayan participado en el proceso de confección de la escala. Para
este análisis, pueden aplicarse las siguientes reglas de redacción
que resumen lo que hemos señalado precedentemente; cada enunciado
debe:
Ser “debatible”: debe reflejar una opinión, no un hecho;
Ser pertinente a la variable en estudio (de allí la importancia de
una buena definición conceptual de la actitud que se evalúa);
Expresar una actitud definida hacia un asunto único; luego, tendrá
una sola interpretación posible para los encuestados;
Ser simple, en lo que se refiere a la construcción gramatical de
la oración;
Ser corto (como señaláramos, conviene que no tenga más de 20
palabras);
Dar la posibilidad de respuesta en toda la gama de intensidad de la
actitud que se evalúa.
Determinación de las categorías de respuesta, esto es, elegir
entre algunas de las alternativas consignadas. El número y las
categorías de respuesta deben ser los mismos para todos los
enunciados.
Likert utilizaba cinco categorías de acuerdo/desacuerdo en su escala
original; pero, a veces, se acorta o se incrementa este
número en función de la capacidad de discriminación de las
personas a las que se destina. Si los encuestados tienen poca
capacidad de discriminar, pueden incluirse tres categorías; por el
contrario, si son personas con un nivel educativo elevado y capacidad
de discriminación, pueden incluirse hasta siete categorías, en
tanto se añaden opciones como “relativamente de acuerdo” y
“relativamente en desacuerdo”.
Asignación de un valor numérico a cada categoría:
Cuando las enunciados son positivos, se califican de la
siguiente manera: Muy de acuerdo (5 puntos); De acuerdo (4);
Parcialmente de acuerdo (3); En desacuerdo (2); Muy en desacuerdo
(1).
Cuando los enunciados son negativos, se califican de modo
contrario a los positivos: Totalmente de acuerdo (1 punto); De
acuerdo (2); Parcialmente de acuerdo (3); En desacuerdo (4);
Totalmente en desacuerdo (5).
Este es el procedimiento empleado por Likert, a partir de que, en
sentido estricto, esta escala es una medición de nivel ordinal
en el cual no podemos saber si los intervalos entre las alternativas
son constantes u homogéneos.
Administración a un grupo piloto o bien a la población (o muestra)
objeto de estudio, para obtener las puntuaciones del grupo en cada
enunciado o pregunta. Si se aplica directamente a los sujetos de la
investigación, sólo se pierde el trabajo de obtener respuestas
para indicadores que pueden ser descartados después (cuando se
establece que tienen nulo o bajo poder de discriminación).
Para eliminar los reactivos inadecuados –que no se ajustan bien a
la actitud que se pretende medir-:
En
primer lugar, conviene descartar aquellos en los cuales todas las
personas a las que se aplicó la escala (o un alto porcentaje de
respuestas, esto es, casi todas) estuvieron de acuerdo (o en
desacuerdo). Obviamente, no tienen capacidad discriminativa.
En
segundo lugar, Likert propone un procedimiento sencillo y que demanda
poco trabajo (llamado “método de la diferencia absoluta entre los
cuartiles extremos”) para determinar el poder discriminativo de los
restantes: 1º) se disponen en orden descendente las puntuaciones
totales obtenidas por todas las personas a las cuales se les aplicó
la escala; 2º) luego, se toma el 25% de las puntuaciones más altas
(cuartil superior) y el 25% de las más bajas (cuartil inferior); 3º)
para cada enunciado, se calcula la diferencia que hay entre los
promedios de las puntuaciones de ambos cuartiles (Promedio del
cuartil superior menos Promedio del cuartil inferior); 4º) para la
escala definitiva, se selecciona los ítems con las diferencias más
altas.
Instrucciones más comunes
para el sujeto al que se aplica
En cada enunciado, debe marcar una sola opción (se considera
dato inválido si el sujeto elige dos o más opciones);
Solicitarle que opte (por ejemplo, con una cruz dentro del
paréntesis) por la categoría que “mejor describe” su reacción
o respuesta.
Hay dos formas básicas de aplicar una escala Likert: 1º)
autoadministrable (cada sujeto marca su respuesta en la
escala) y 2º) en entrevista: el entrevistador lee los
enunciados y las alternativas al sujeto, y anota lo que éste
conteste. Cuando se aplica de este segundo modo, es necesario que se
le entregue al entrevistado una tarjeta donde se muestran las
alternativas de respuesta o categorías.
Su calificación
El puntaje que se le asigna a cada sujeto en una escala Likert se
obtiene sumando los valores que logra en cada reactivo. Por ello, se
denomina escala aditiva o escala de puntuación sumada;
esto es, desde el punto de vista aritmético, es una escala
sumatoria, ya que la puntuación o medida de cada persona en
la actitud que se evalúa se obtiene mediante la suma de sus
respuestas a las diversas preguntas o enunciados que funcionan como
disparadores.
A veces, se obtiene el promedio de cada sujeto en la escala, mediante
la sencilla fórmula “puntuación total en la escala” dividido el
“número de enunciados”, y entonces una puntuación se analiza en
el continuo 1-5 de la siguiente manera: por ejemplo, quien obtuvo 12
en una escala que consta de 8 enunciados, tiene 1.5 (resultado de
dividir 12 por 8), una actitud sumamente desfavorable hacia el objeto
de que se trate.
Los valores obtenidos pueden emplearse directamente o agruparse en
nuevas categorías o índices, lo cual a veces resulta más
apropiado: suele hacerse dividiendo la distribución en tantas partes
iguales como categorías se requieran. Supongamos que se tenga una
distribución de 60 personas a las cuales se les aplicó una escala
de dogmatismo; al tercio superior (los primeros 20 según puntuación
total en orden descendente) se lo considera categoría alta; al 2º
tercio, media; al tercero, baja. La escala, con un rango de 42 a 16,
queda categorizada de la siguiente manera:
Alto dogmatismo: 42 a 36 puntos
Medio: 35 a 24 puntos
Bajo dogmatismo: 23 a 16 puntos.
Briones, Guillermo (1990).
Métodos y técnicas
de investigación para las Ciencias sociales
(137-150). México: Trillas.
Hernández Sampieri, Roberto,
Fernández Collado, Carlos y Baptista Lucio, Pilar (1998).
Metodología de la
investigación (2º
ed.) (256-266). México:
Mc Graw-Hill.
Likert,
Rensis (1976). Una
técnica para medir actitudes. En:
G. Summers (Comp.). Medición
de actitudes
(182-193). México: Trillas. (Trad. del original estadounidense de
1970).
Polit,
Dense y Hungler, Bernadette (1999). Investigación
científica en Ciencias de la salud
(5º ed.). México: McGraw-Hill. (Trad. de la 5º ed. Estadounidense
de 1995).
V)
Diferencial semántico
El
diferencial semántico (DS) no se concibió originalmente para medir
actitudes. El propósito inicial de Osgood y colaboradores (quienes
lo desarrollaron) se encaminó hacia la exploración de las
dimensiones del significado. Sin embargo, luego encuentran que un
“(...) resultado secundario pero importante de nuestro trabajo en
semántica experimental, creemos, es un nuevo enfoque y fundamento
para la medición de actitudes. Nos ha sido posible identificar la
‘actitud’ como una de las dimensiones importantes del significado
general y con ello extender los procedimientos de medición del
diferencial semántico a uno de los campos primarios de la psicología
social.” (Osgood, Suci y Tannenbaum, 1976: 277)
El DS consiste en una serie de
adjetivos extremos o antónimos que califican al objeto de actitud,
antes los cuales se solicita la apreciación del sujeto, es decir,
éste debe evaluar el objeto en un conjunto de adjetivos bipolares,
seleccionando la opción que mejor refleje su actitud.
En
la calificación de + 3 a – 3 (o al revés), la posición marcada
con 0 se considera neutral;
las posiciones de 1 ligeramente;
de 2 bastante;
y de 3 extremadamente.
Un reactivo como éste mide la dirección de una reacción (en este
ejemplo, entre bueno y malo) y también la intensidad (desde ligera a
extrema). Se le presenta a una persona un concepto de interés (por
ejemplo, evaluación de una cátedra, de una ley, de una medida
educativa, etc.) y se le pide que lo evalúe en un cierto número de
tales reactivos –pares de adjetivos antónimos-. Observemos que los
adjetivos
son extremos
–como ya señaláramos- y que entre ellos hay siete
opciones de respuesta.
El
uso reiterado de este procedimiento ha demostrado que las respuestas
se explican por tres dimensiones básicas: 1) Evaluación, 2)
Potencia y 3) Actividad (que se sintetizan en la sigla EPA). Algunos
pares de adjetivos constituyen una cierta medida pura de las
dimensiones EPA; por ejemplo, bueno-malo para evaluación;
fuerte-débil para potencia y rápido-lento para actividad.
Es
conveniente representar las dimensiones EPA como un espacio
tridimensional.
El
origen o centro de este espacio representa la neutralidad en las tres
dimensiones. La consideración de las medidas EPA de un estímulo
como coordenadas permite que dicho estímulo se sitúe como un punto
en el espacio y este punto representa gráficamente la respuesta
afectiva al estímulo.
Cuando
se tiene un conjunto de pares de adjetivos adecuados para evaluar los
factores EPA, el problema que se plantea es cuántos pares deben
incluirse en el instrumento final. La confiabilidad del DS conduce a
aconsejar que rara vez serán de utilidad más de 10 pares de
adjetivos para medir una dimensión y, hablando en general, cuatro
pares por dimensión evalúan adecuadamente la mayoría de los
objetos de las actitudes.
Por
otra parte, contrariamente a lo habitual en muchos estudios
publicados, el número de pares de adjetivos de Evaluación no debe
ser mayor que el número para Potencia y Actividad. Los pares de la
dimensión evaluativa han resultado más confiables que los pares de
potencia y actividad y, por tanto, se necesitan menos y no más para
un adecuado nivel de precisión.
De
manera general, el análisis de los datos obtenidos en la utilización
de un DS se realiza mediante el cálculo de la suma o del promedio de
los valores asignados por las personas a los objetos en los pares de
adjetivos propuestos.
Maneras de aplicar el
diferencial semántico
Al
igual que la escala Likert, el diferencial semántico se puede
aplicar de dos modos: 1) autoadministrado
(se la proporciona la escala al sujeto y éste marca la categoría
que considera conveniente para cada par de adjetivos) y 2) en
entrevista
(el
entrevistador marca la categoría que corresponde a la respuesta del
sujeto); en este segundo modo, es muy conveniente proporcionar al
sujeto una tarjeta que incluya los adjetivos bipolares y las
categorías respectivas.
Pasos para elaborar un
diferencial semántico
Según
Hernández Sampieri y col. (2000: 269-270), para elaborar la versión
final de una escala de diferencial semántico se deben cumplimentar
los siguientes pasos:
Generar
una lista de adjetivos bipolares aplicable al objeto de la actitud
por medir y exhaustiva:
debe constituir una muestra representativa del concepto u objeto de
la actitud por evaluar; de ser posible conviene consultar
investigaciones similares a la nuestra (contextos parecidos) y
seleccionar los adjetivos que se hayan utilizado en dichas
investigaciones.
Elaborar
una versión preliminar
de la escala y administrarla
a
un grupo de sujetos a manera de prueba piloto. Para nuestra
aplicación –Diferencial Semántico de Evaluación de un Curso-,
del 12/11/03, adaptamos un instrumento accesible en Internet.
Calificar
la escala que
completó cada sujeto: para dicha calificación se suman las
puntuaciones obtenidas en cada indicador o par de adjetivos. La
calificación va desde – 3 a + 3 para los ítems negativos; de + 3
a – 3 para los ítems positivos. (Se adjunta la “matriz de
datos” de nuestra aplicación).
Correlacionar
cada ítem con todos los demás (cada
par de adjetivos contra el resto). El diferencial semántico es
estrictamente una escala ordinal, pero es frecuente que se la
trabaje como si fuera de intervalo y, por ello, podemos emplear la r
de Pearson para hallar estos índices de correlación. En nuestro
caso, los coeficiente son:
0.06 8)
0.30 15) 0.22 22) 0.33 29) 0.29
0.05 9)
0.33 16) 0.40 23)
0.04 30)
–0.04
–0.07 10)
0.36 17) 0.37 24) 0.37 31)
0.03
–0.04 11)
0.21 18) 0.34 25) 0.41 32) 0.32
0.31 12)
0.49 19) 0.29 26) 0.13 33) 0.45
0.18 13)
0.31 20) 0.37 27) 0.18
0.35 14)
0.06 21)
0.37 28) o.13
El
alpha de Cronbach de este instrumento es 0.42. La confiabilidad entre
mitades (tomando 16 ítems en un grupo y 16 en el otro) es 0.59.
Seleccionar
los ítems que presenten correlaciones significativas.
En nuestra escala, convendría eliminar el par 1 (fácil-difícil),
el 2 (rutinaria-original), el 3 (aburrida-interesante), el 4
(interminable-acotada), el 14 (mejorable-inmejorable), el 23
(específica-vaga, imprecisa), el 30 (utópica-realista) y el 31 (da
rodeos-va directo al grano). También hemos eliminado el par 27 (no
me ha enseñado nada-me ha enseñado nuevas técnicas), porque el
programa estadístico seleccionado muestra que se eleva notoriamente
el coeficiente de confiabilidad cuando se suprime (ya que es un
reactivo que no discrimina –todos los sujetos eligen opciones
positivas de 3 puntos).
Desarrollar
la versión final de la escala.
La
versión final de la escala, entonces, tiene 25 ítems. El alpha de
Cronbach es 0.83 y el coeficiente de confiabilidad por mitades es
0.93.
Heise, David (1976). El
diferencial semántico y la investigación de actitudes. En: Summers,
Gene (Comp.). Medición
de actitudes (287-310).
México: Trillas. (Trad. del original estadounidense de 1971).
Hernández Sampieri, Roberto,
Collado Fernández, Carlos y Baptista Lucio, Pilar (2000).
Metodología de la
investigación (2º
ed.). México: MacGraw-Hill.
Osgood,
Charles, Suci, George y Tannenbaum, Percy (1976). El
diferencial semántico como instrumento de medida. En: Wainerman,
Catelina y otros. Escalas
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Buenos Aires: Nueva Visión. (Trad.
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Urbana: University of Illinois Press).