domingo, 28 de febrero de 2016

Proyecto de investigación: "Relevamiento de accesibilidad en IES 9005"




CONVOCATORIA A PARTICIPAR EN

PROYECTO DE INVESTIGACIÓN 
"RELEVAMIENTO DE  ACCESIBILIDAD EN EL EDIFICIO DEL IES 9005"

DESTINATARIOS: ALUMNOS DEL PROFESORADO EN EDUCACIÓN ESPECIAL

SE OTORGARÁN CRÉDITOS PARA PRÁCTICA EDUCATIVA

INTERESADOS CONECTARSE CON EL ÁREA DE INVESTIGACIÓN DEL IES:

WWW.FACEBOOK.COM/INVESTIGACION9005








Talleres del Día Diferente: Un espacio para aprender algo nuevo todos los años





PROYECTO INTERISNTITUCIONAL ENMARCADO EN EL
PROYECTO NACIONAL DE FORMACIÓN DOCENTE (PNFP)

El Día Diferente”

Instituciones asociadas: IES 9001 – IES 9028

Responsables:
S.I.O. (Servicio Interdisciplinario de Orientación)
Área pedagógica: Prof. Silvina Pereyra
Área fonoaudiológica: Lic. Graciela Vargas

Destinatarios:
Alumnos, profesores y personal no docente del IES 9005

Frecuencia:
Un día por año durante el mes de octubre, de 14,30 a 20,30 horas.


Nada que valga la pena, se logra sin entusiasmo”.
Emerson


La escuela está ávida de espacios de reflexión, de pensarnos como agentes de cambio cultural y social. Uno de los aciertos del PNFP es que promueve la posibilidad de desnaturalizar lo cotidiano, tomar distancia e interrogarse críticamente acerca de cuestiones instaladas en el sentido común. Por ejemplo, que existe una única y permitida organización institucional, pensando que cualquier otra diferente puede llegar a ser una jornada de entretenimiento, o una pérdida de tiempo ya que no permite continuar el cursado de cada disciplina; sin tomar en cuenta que existen temas transversales que son necesarios trabajar con el colectivo institucional, en otros espacios y formatos, brindando la oportunidad a nuestros estudiantes de expresar sus ideas, críticas, emociones y sentimientos como mejor lo sabe hacer, dentro de una diversidad de propuestas.
Que la educación necesita cambiar para adaptarse a las necesidades de aprendizaje de la sociedad actual, es un argumento que se repite a menudo. Aunque no hay consenso acerca de la profundidad y la urgencia de los cambios necesarios, cada vez hay mayor acuerdo en que la trayectoria actual de los sistemas educativos no es capaz de hacer frente a los profundos desafíos que se plantean. La mejora del modelo educativo actual no satisface las necesidades de aprendizaje de los jóvenes del siglo XXI y, en todo caso, llevaría décadas resolver algunas situaciones; mucho más tiempo del que se pueden permitir los niños y jóvenes de hoy día.
Uno de los propósitos de este proyecto es proponer un marco de reflexión desde el que se pueda abordar, comprender, sistematizar y confrontar las experiencias innovadoras e inclusivas en educación. No trata de ofrecer lecciones de innovación. Se trata de ofrecer a los estudiantes, oportunidades en las cuales puedan comunicarse, expresarse y aprender a través de otras habilidades diversas y diferentes con las que diariamente trabajan todos por igual. Si vamos a hablar de diversidad tenemos que pensar de qué forma la pondremos en práctica con nuestros estudiantes, de qué manera crearemos espacios en los que puedan “mostrar” a sus compañeros y demás personas, sus aptitudes y habilidades más desarrolladas. Sabemos que tenemos múltiples inteligencias pero, ¿cómo trabajamos con esta Teoría de las Inteligencias Múltiples en el aula? Realmente no existen recetas, sabemos que las recetas no dan buen resultado en Educación ya que cada contexto es diferente y éste ha de ser tenido en cuenta a la hora de decidir con qué estrategias metodológicas trabajaremos. De hecho, también hay diversas opiniones al respecto de si se deben programar actividades específicas para cada Inteligencia Múltiple o es mejor crear proyectos en los que trabajen varias a la vez, o con las que ellos consideren que son más creativos. Personalmente, consideramos la segunda opción como la más completa y coherente. Si queremos que nuestros alumnos tengan un desarrollo íntegro que los haga competentes para afrontar cada reto que se les presente, necesitamos basarnos en situaciones reales. Estas no suelen estar estratificadas por materia, ya que en el día a día no hay divisiones de tareas, sino que cada una se relaciona con otra, necesitando para resolverla destrezas en ambas.
La creciente complejidad de la realidad no excluye el campo educativo, el cual, al estar atravesado por numerosas variables, requiere ser analizado y abordado desde diferentes puntos de vista, de miradas, de pensamientos y de actitudes, para re–significar conceptos e interpretar nuevas concepciones desde nuevos paradigmas.
La inclusión educativa se constituye en una innovadora e inexcusable visión de la educación basada en la diversidad, la cual implica la aceptación y valoración de las diferencias y reconoce a todos los/as niños/as y jóvenes como sujetos plenos de derechos. Este reconocimiento de la diversidad conlleva el compromiso de ofrecer educación para todos y todas en igualdad de oportunidades.
La innovación es constituyente cuando en ella se da la reflexión, la comprensión local, el compromiso profesional y la acción colectiva de la institución para ofrecer respuestas consistentes a la mejora del aprendizaje de todos.
Este cambio de mirada pone en juego múltiples y diferenciadas formas de ser y estar en el mundo escolar. La educación en la actualidad, requiere, por tanto, movilizar voluntades, acciones y recursos para avanzar hacia una profunda renovación de las prácticas escolares.
La metodología “taller” permite ver la diversidad como riqueza, como reto, y no como mero obstáculo.
Como formadores de formadores, es fundamental que pongamos en práctica estrategias con nuestros estudiantes, hacer que las conozcan y vivencien, así mostraremos que para innovar es necesario tomar la decisión de hacerlo, y saltar todos los obstáculos que puedan presentarse.
JUSTIFICACIÓN
Las dimensiones pedagógica e institucional de la escuela constituyen ejes centrales para elaborar propuestas de calidad e inclusión. Como partícipes responsables de esta acción política, los docentes debemos posicionarnos desarrollando estrategias educativas de calidad que fortalezcan la centralidad de la enseñanza, amplíen las oportunidades de aprendizajes, mejoren las condiciones institucionales y las posibilidades de igualdad e inclusión educativa para todos, convirtiendo el tránsito por la escuela en una experiencia enriquecedora para los alumnos.
Como profesores del nivel superior, observamos en algunos de nuestros alumnos diversas actitudes que devienen en ciertos prejuicios; los que, aunados a su percepción personal sobre sus habilidades le hacen creer que están condenados al fracaso estudiantil, al bajo rendimiento académico y en ciertos casos hasta la deserción escolar. Numerosas investigaciones realizadas sobre este tema destacan la autoestima como coadyuvante para el logro pleno del desarrollo educativo de toda persona.
Consideramos fundamental y urgente proponer otras formas de aprendizaje y de agrupamiento institucional, también, dar oportunidades a nuestros estudiantes de conocerse y mostrar a la institución, sus propias habilidades y capacidades para que de esta manera, se valoren a sí mismo y sean valorados por los demás de una forma integral.
La metodología de talleres permite el aprendizaje dialógico y colaborativo y, organizada en trabajo con pequeños grupos; se da entrada a otros miembros de la comunidad educativa que tienen como misión lograr que los grupos de trabajo funcionen de forma cooperativa y que los alumnos encuentren soluciones por sí mismos a las cuestiones planteadas durante el desarrollo del taller, mediante el diálogo razonado, la colaboración y el estímulo positivo. Esto seguramente, permitirá sentirse valorado y apreciado dentro de la institución por sus habilidades y capacidades personales incidiendo positivamente en su autoestima y posterior rendimiento académico y sentido de pertenencia a la misma. Esta es precisamente la prioridad, hacer que nuestros alumnos se sientan valorados en la institución por lo que son, por lo que saben, por lo que saben hacer y sobre todo como seres humanos valiosos en la construcción de una nueva sociedad y una nueva educación, más humana y con más conciencia colectiva.
No olvidemos las siguientes palabras de David Ausubel: “Mientras la escuela ponga el acento en lo que le falta al alumno, éste terminará escondiendo lo que le sobra”.
PROPÓSITOS
  • Crear espacios y tiempos institucionales para desarrollar proyectos educativos enmarcados en el PNFP en lo que se trabajen temas transversales a todas las carreras y áreas de estudio.
  • Propiciar la desnaturalización de cuestiones educativas, de orden organizacional, instaladas en el imaginario colectivo de las instituciones educativas.
  • Promover el acercamiento y acompañamiento de los IES de la región para compartir experiencias pedagógicas innovadoras tanto en su formato como en sus temáticas.
  • Generar espacios interinstitucionales en los que se generen nuevos vínculos y situaciones de aprendizaje con nuevos grupos con intereses comunes.
  • Favorecer el desarrollo de una autoestima saludable que incida positivamente en el rendimiento académico de los estudiantes.
  • Promover tanto el autoconocimiento de las propias habilidades y capacidades personales como la valoración de las mismas, para elevar el grado de confianza en sí mismo.
  • Vivenciar situaciones didácticas que ofrezcan multitareas simultáneas con el objetivo común de aceptar las diversidades con intereses comunes en las que participen por propia elección.
  • Promover la resignificación de matrices y representaciones sociales relacionadas con patrones mentales culturales que desvalorizan el género femenino y que han sido construidas en la infancia y adolescencia.
  • Generar tiempos y espacios institucionales en los que se expongan y debatan temas transversales que hacen a la formación humana, ciudadana y planetaria.
  • Generar ambientes didácticos que favorezcan la expresión artística, la comunicación y la reflexión.
  • Conocer y reflexionar sobre los saberes necesarios para la educación del futuro.
OBJETIVOS
  • Disfrutar del “Día diferente” a partir de la participación activa en nuevos escenarios de inter-aprendizaje.
  • Comprender que la transformación educativa tiene como punto de partida las crisis y la desnaturalización de lo cotidiano.
  • Vivenciar experiencias de aprendizaje con una nueva mirada, desde las nuevas teorías de la investigación educativa, sociológica y psicológica actuales.
  • Afianzarse en el proceso de lograr una autoestima saludable que favorezca el rendimiento académico como estudiante del nivel superior.
DESCRIPCIÓN DEL PROYECTO
El proyecto se desarrollará el día 08 de octubre durante toda la jornada escolar (14.30 a 20.30 hs.), en la que los alumnos se organizarán por grupos, según los talleres elegidos. El tiempo se distribuirá en los siguientes momentos:
  • Inicio de la jornada y bienvenida a: “El día diferente” (15 min)
  • Presentación de los talleristas y distribución en los talleres (15 min)
  • Observación colectiva de video disparador para trabajar unificadamente la temática específica del proyecto dentro de cada taller. (20 min)
  • Trabajo en los talleres (90 min)
  • Recreo (30 min)
  • Realización de producciones en cada taller (90 min)
  • Recreo (20 min)
  • Muestra de producciones (90 min)
  • Cierre de la jornada (30 min)
ACTIVIDADES
  • Previas:
Presentar nota a Concejo Directivo para autorizar el proyecto.
Seleccionar los talleres y las personas que serán talleristas.
Pedir a talleristas los proyectos específicos de cada taller.
Comunicar y difundir el proyecto en la institución.
Colocar “cartelería” que describan las propuestas de cada taller.
Comunicar la fecha de pre-inscripción a los talleres.
Comunicar los materiales de trabajo para cada taller.

  • De Desarrollo
Reunirse para la bienvenida a “El día diferente”
Conformar los talleres y distribuirse en ellos:
  1. Taller de Cine-Debate
  2. Taller artístico: música – danza – coro - plástica – artesanía
  3. Taller “aerobic y Expresión corporal”
  4. Taller didáctico: “Educación sexual integral”
  5. Taller: “Tics y educación”
  6. Taller: “La tecnología y la creatividad”
  7. Taller: “Oratoria y habilidades comunicativas” (ISFD 9-001)
  8. Taller: Habilidades sociales y docencia
  9. Taller “Cómo mejorar la ortografía y no morir en el intento”.
  10. Taller de “Ajedrez y Pensamiento lateral”
  11. Taller de teatro
  12. Taller de Políticas estudiantiles: “La participación estudiantil y ciudadana”
  13. Taller: “Derechos humanos y Democracia” (ISFD 9-028)
  14. Taller: “Los siete saberes fundamentales para la educación del futuro”
  15. Taller: Educación y conciencia ambiental

Trabajar con la propuesta de los talleristas.
Elaborar producciones.
Participar en la muestra de producciones.

  • De cierre
Responder individualmente, el día posterior al proyecto, una encuesta para su evaluación y apreciación.
Elaboración individual de un texto escrito sobre lo aprendido en “El día diferente”



Herramientas para la investigación educativa, por Lic. Laura Valente





MÉTODOS Y HERRAMIENTAS PARA LA INVESTIGACIÓN EDUCATIVA”


Por Lic. María Laura Valente
Jefa de Investigación IES 9005


El presente es un ensayo acerca de algunos de los métodos más utilizados en investigación educativa, que son igualmente compartidos en el ámbito de la investigación cualitativa. El objetivo es brindar algunas alternativas que permitan generar conocimiento desde el aula. A continuación, el detalle de cada una de ellas

I) Observación participante


Para Taylor y Bogdan (1996: 31), observación participante designa “(...) la investigación que involucra la interacción social entre el investigador y los informantes en el medio de éstos, y durante la cual se recogen datos de modo sistemático y no intrusivo.” Para una caracterización descriptiva, vamos a hacer algunas precisiones.
En principio, la observación participante no debería guardar relación con el carácter cualitativo o cuantitativo de una investigación. “La relación entre los sujetos de la observación es cuestión distinta del tipo de dato obtenido y de su tratamiento y análisis; no obstante, la tradición y la praxis nos muestran que su trayectoria ha transcurrido de forma pareja, e, incluso, integrada.” (Anguera, 1995: 73) Habrá que profundizar, entonces, las claves por las cuales la observación participante se ha encuadrado en el paradigma de la metodología cualitativa.
Usualmente se distingue la observación en “participante” y “no participante” según el rol adoptado por el observador. Sin embargo, según Hammersley y Atkinson (en: Denzin y Lincoln, 1998: 111) esta dicotomía simple no es muy útil porque pareciera implicar que el observador no participante no desempeña un rol reconocido; puede ser el caso, pero también puede no serlo. La característica más relevante de la observación directa es la preservación de la espontaneidad del observado, por lo que la participación del observador en algún sentido lleva en sí el riesgo de vulnerarla. La variedad de matices que de aquí derivan permiten considerar la participación como una continuum, cuyos límites lógicos son de mínima y máxima participación:
  1. Observación no participante: el observador actúa de forma claramente neutra, sin que ni siquiera necesite conocer al sujeto observado (por ej., en el patio de una escuela se puede observar al “niño de campera de corderoy verde”, o en una competencia deportiva al integrante del equipo de camiseta Nº 10) y el observado en ningún momento se dirige al observador como inicio de conducta interactiva o, si lo hace, no sobrepasa en intensidad la forma como se dirigiría casualmente a cualquier extraño.

Observación participante: se produce un tipo especial de interrelación entre observador y observado, por un proceso en el que el investigador de forma consciente y deliberada busca compartir, en todo lo que le permiten las circunstancias, las actividades y, en ocasiones, los intereses y afectos de un grupo de personas.
Algunas dimensiones de variación en el tipo de observación se pueden describir a partir de la respuesta a las siguientes preguntas:
  • ¿Saben todos los miembros del grupo que el observador es un investigador; sólo lo saben algunos o no lo sabe nadie?
  • ¿Cuánto se sabe y qué se sabe del investigador, y quién lo sabe?
  • ¿Qué orientación asume el investigador, o en qué medida adopta conscientemente el lugar de un miembro del grupo o de un extraño? (El lugar que suele adoptar es la de un “nativo marginal”).
El diseño de la investigación es flexible, antes y durante el proceso. Aunque los observadores participantes tienen una metodología e intereses investigativos generales, los rasgos específicos de su enfoque evolucionan a medida que operan.
Hasta que no se entra en el campo, no se sabe qué preguntas hacer ni cómo hacerlas. En otras palabras, la imagen preconcebida que tenemos de la gente que intentamos estudiar puede ser ingenua, engañosa o completamente falsa. La mayor parte de los observadores participantes tratan de entrar al campo sin hipótesis o preconceptos específicos.” (Taylor y Bogdan: 32)
Pero sí tienen algunos interrogantes iniciales cuando entran en el campo. Estos interrogantes pertenecen a una de dos amplias categorías: sustanciales y teóricos (distinción análoga a la diferenciación de Glaser y Strauss entre teoría “sustancial” y “formal”).
  • Sustanciales o interrogantes relacionados con problemas específicos (Ej.: aspectos del trabajo del personal) en un particular tipo de escenario (Ej.: un bar, una escuela, una pandilla juvenil, otras salas de la misma institución).
  • Teóricos, ligados con problemas sociológicos básicos, como la desviación, la socialización y el control social.
Ambas categorías están interrelacionadas. Un buen estudio cualitativo combina una comprensión en profundidad del escenario particular estudiado con intelecciones teóricas generales que trascienden ese tipo particular de escenarios.” (Ibíd.: 33) Cuando entran al campo, los investigadores cualitativos con frecuencia descubren que sus áreas de interés no se ajustan a sus escenarios. Iniciado el estudio, no debemos sorprendernos si el escenario no es como pensábamos.
En el momento en que los observadores participantes inician un estudio con interrogantes e intereses investigativos generales, por lo común, no predefinen la naturaleza y número de los ‘casos’ –escenarios o informantes- que habrán de estudiar.” (Ibíd.: 34)
Definen su muestra sobre una base que evoluciona a medida que el estudio progresa; Glaser y Strauss llaman “muestreo teórico” al procedimiento mediante el cual los investigadores seleccionan conscientemente casos adicionales a estudiar de acuerdo con su potencial para el desarrollo de nuevas intelecciones o para el refinamiento y la expansión de las ya adquiridas.

  1. Selección de escenarios

Según Taylor y Bogdan (p. 36), el escenario ideal para la investigación es aquel en el cual el observador:
  • Obtiene fácil acceso.
  • Establece inmediatamente una buena relación con los informantes.
  • Recoge datos directamente relacionados con sus intereses investigativos.
Tales escenarios sólo aparecen raramente. Por lo general, el investigador debe negociar el acceso, gradualmente ganarse la confianza y lentamente recoger datos que se adecuen a sus intereses. “No es poco frecuente que los investigadores ‘pedaleen en el aire’ durante semanas, incluso meses, tratando de abrirse paso hacia un escenario.” (Ibídem)
Finalmente, deberían abstenerse de estudiar escenarios en los cuales tengan una directa participación personal o profesional. “Cuanto más próximo se está a algo, más difícil resulta desarrollar la perspectiva crítica necesaria para conducir una investigación consistente.” (Ibídem) Por otra parte, el temor a ofender a amigos podría tender a limitar lo que se escribe en el informe de la investigación.

    1. Acceso a las organizaciones

Los observadores participantes por lo general obtienen el acceso a las organizaciones solicitando el permiso de los responsables. A estas personas se las denomina porteros. Hay que convencer al portero “(...) de que uno no es una persona amenazante y que no dañará su organización de ningún modo.” (Ibíd..: 37)
Una vez que se logra que los porteros autoricen el acceso, el investigador debe tomar distancia respecto de éstos. “Muchas organizaciones se caracterizan por la tensión, si no por el conflicto, entre los niveles superior e inferior de la jerarquía. Si a los investigadores les interesa estudiar a personas de los niveles inferiores, no deben aparecer como colaborando con porteros y funcionarios, o flanqueándolos. Deben tener también en cuenta la posibilidad de que los porteros les requieran informes sobre lo que han observado. Cuando negocian su acceso, la mayor parte de los observadores sólo se comprometen a proporcionar a los porteros un informe muy general, tan general que nadie pueda ser identificado.” (Ibíd.: 39)
Los escenarios en los que el observador participante puede desarrollar sus observaciones se clasifican en:
  1. Públicos (parques, plazas, edificios gubernamentales, aeropuertos, estaciones ferroviarias y terminales de ómnibus, esquinas de la ciudad, etc.).
  2. Cuasi públicos (bares, restaurantes, teatros, negocios, etc.).
  3. Privados (casas, fábricas, etc.).
En los escenarios públicos y cuasi públicos (o semi públicos), el investigador no debe negociar su acceso, pero en los segundos, para continuar con las observaciones, debe obtener permiso del propietario, identificándose antes de que la gente comience a dudar de sus intenciones, en especial si está envuelta en actividades ilegales o marginales.
“Aunque obtener acceso a estos escenarios no representa un problema, el observador participante (en tanto participante como opuesto a pasivo) debe desarrollar estrategias para interactuar con los informantes. (...) Se recomienda que en los lugares públicos el observador se ubique en ‘puntos de mucha acción’. En otras palabras, ir hacia donde están las personas y tratar de iniciar con alguna de ellas una conversación casual.” (Ibíd.: 40)
La tarea por realizar para acceder a escenarios privados es análoga a la del entrevistador para ubicar informantes. Tanto a los escenarios como a los individuos hay que encontrarlos, el consentimiento para el estudio debe ser negociado con cada uno. Hay varios lugares por los que se puede comenzar: averiguar con amigos, parientes y contactos personales; concurrir a los organismos y organizaciones sociales que sirven a las personas en las que se está interesado; la publicidad (publicar avisos en los periódicos locales o entregar volantes en mano en los que se describe el estudio). “Desde luego, es preferible empezar tan alto como se pueda, es decir, siendo presentado a la persona de mayor prestigio del grupo que se quiere estudiar.” (Ibíd.: 41)

¿Qué se les dice a porteros e informantes?
Este es uno de los problemas más delicados que se enfrenta en la investigación de campo. Nuestro informe debe ser veraz pero vago e impreciso. “Esta actitud no sólo tiene bases éticas, sino también prácticas. Si se falsean deliberadamente las propias intenciones, habrá que vivir con el temor y la angustia de ser descubierto. Existe también la posibilidad real de que nuestra coartada se descubra y seamos expulsados del escenario o se hagan añicos nuestras relaciones con los informantes.” (Ibíd.: 42)
No es prudente proporcionar detalles de la investigación y de la precisión con que se tomarán las notas. “Un modo que hemos descubierto útil para explicar los intereses de la investigación consiste en hacer saber a los sujetos que no necesariamente estamos interesados en esa organización particular ni en las personas específicas que encontramos en ella. En todos los estudios los intereses del investigador abarcan más que un escenario particular y conciernen al tipo general de organización. Si procuramos acceso a una escuela, por ejemplo, deberíamos sugerir que estamos interesados en comprender cómo es una escuela, y no en la naturaleza de esa escuela en especial. Podríamos explicar por qué esa organización particular constituye un escenario ideal para la investigación, especialmente si la gente se enorgullece de lo que está haciendo.” (Ibíd.: 43)
El investigador se debe anticipar a las objeciones (por ej.: “Tenemos que proteger la privacidad de nuestros pacientes”; “Estamos demasiado ocupados para responder a una ristra de preguntas”; “Usted obstaculizará lo que estamos haciendo”; “De todos modos, aquí no va a encontrar mucho de interesante”) y tener las respuestas preparadas. Además, por lo general, podemos darle ciertas garantías al portero (lo que, a veces, se lo denomina el pacto): que nuestra investigación implica actividades no perturbadores ni intrusivas y que garantizamos la confidencialidad y la privacidad de las personas.

    1. Recolección de datos

Se deben llevar notas de campo detalladas, que deben registrarse después de los encuentros cara a cara. El trabajo de campo en la observación participante incluye tres actividades principales:
  1. Interacción social no ofensiva: lograr que los informantes se sientan cómodos y ganar su aceptación.
  2. Estrategias y tácticas de campo: modos de obtener datos.
  3. Registro de los datos: notas escritas del campo.


La entrada en el campo
Los observadores permanecen relativamente pasivos a lo largo del curso del trabajo de campo, pero en especial durante los primeros días. Durante estos primeros días, la recolección de datos es secundaria para llegar a conocer el escenario y las personas. Las preguntas que se hagan tienen la finalidad de ayudar a romper el hielo.
Es importante explicar quién es uno a todas las personas del escenario. “En un estudio sobre el empleo de los medios de comunicación por los maestros, por ejemplo, los investigadores entrevistaron a cada docente individualmente para explicarle el estudio y obtener su permiso a fin de observar en cada salón de clase, por más que esto ya había sido autorizado por los administradores.” (Ibíd..: 51-52). Asimismo, de modo sutil, se debería hacerles saber que lo que nos digan no será comunicado a otros.
Las observaciones son útiles sólo en la medida que pueden ser recordadas y registradas. No permanezca en el campo si olvidará muchos de los datos o no tendrá tiempo para tomar notas.


La negociación del propio rol
Las condiciones de la investigación de campo -qué, cuándo y a quién observar- deben ser negociadas continuamente. Hay que establecer un equilibrio entre la realización de la investigación tal como uno considera adecuado y acompañar a los informantes en beneficio del rapport.” (Ibíd.: 53)
Establecer rapport con los informantes significa:
  • Comunicar la simpatía que se siente por los informantes y lograr que ellos la acepten como sincera.
  • Penetrar a través de las “defensas contra el extraño” de la gente.
  • Lograr que las personas se “abran” y manifiesten sus sentimientos respecto del escenario y de otras personas.
  • Ser visto como una persona inobjetable.
  • Compartir el mundo simbólico de los informantes, su lenguaje y sus perspectivas.


Sugerencias para lograr rapport con los informantes (pp. 56-58):
  • Reverenciar sus rutinas: acomodarse a las rutinas y los modos de hacer las cosas de los informantes.
  • Establecer lo que se tiene en común con la gente.
  • Ayudar a la gente: Un investigador informa que durante su trabajo de campo sirvió como chofer, lector, acarreador de equipajes, baby-sitter, acomodador en una conferencia, telefonista en momentos de mucha actividad, mensajero, además de haber prestado libros, escrito cartas y otras cosas.
  • Ser humilde.
  • Interesarse.


Participación
Cuando el compromiso activo en las actividades de las personas es esencial para lograr la aceptación, hay que participar por todos los medios, pero sabiendo dónde trazar la línea divisoria.” (Ibíd.: 58) El observador participante camina sobre una delgada línea que separa al participante activo (“participante como observador”) del observador pasivo (“observador como participante”).
Hay, sin embargo, ocasiones en las que es preferible no ser aceptado como auténtico miembro del escenario o grupo:
  • Cuando el compromiso coloca al observador en una situación competitiva con los informantes.
  • Cuando la participación obstaculiza recoger datos.
Por otra parte, se debe evitar actuar y hablar de modos que no se adecuan a la propia personalidad.
Idealmente, los observadores participantes desarrollan relaciones abiertas con todos los informantes, y tratan de cultivar relaciones estrechas con una o dos personas conocedoras y respetadas. A estas personas se las denomina informantes clave, muy necesarios en las primeras etapas de la investigación. “Los informantes clave apadrinan al investigador en el escenario y son sus fuentes primarias de información.” (Ibíd.: 61)


Tácticas de campo
A medida que se dejan atrás los primeros días en el campo, se debe dedicar una atención creciente a hallar los modos de ampliar los conocimientos sobre el escenario y los informantes. Algunas tácticas para lograrlo son:
  • Actuar como ingenuos: presentarse como extraños ingenuos pero interesados es un medio eficaz para obtener datos; al presentarse como “incompetente aceptable”, uno puede formular preguntas sobre “lo que todo el mundo sabe”. En un estudio, el observador aplicó la siguiente estrategia para lograr acceso a los registros: formuló preguntas ingenuas sobre los cocientes de inteligencia de los residentes y sobre acontecimientos determinados que el sabía no podían ser respondidas por el personal sin consultar los archivos (Ibíd.: 66).
  • Estar en el lugar adecuado en el momento oportuno.
  • Los informantes no deben saber exactamente qué es lo que estudiamos, para reducir la inhibición del observado y la amenaza que pueda percibir y para evitar que oculten cosas al observador o que pongan en escena determinados acontecimientos para que él los vea.


Notas de campo
La observación participante depende de un registro completo, preciso y detallado. “Las notas de campo deben incluir descripciones de personas, acontecimientos y conversaciones, tanto como las acciones, sentimientos, intuiciones o hipótesis de trabajo del observador. La secuencia y duración de los acontecimientos y conversaciones se registra con la mayor precisión posible. La estructura del escenario se describe detalladamente. En resumen, las notas de campo procuran registrar en el papel todo lo que se puede recordar sobre la observación. Una buena regla establece que si no está escrito, no sucedió nunca.” (Ibíd.: 75)


Sugerencias para recordar palabras y acciones:
  1. Prestar atención: observar, escuchar, concentrarse.
  2. Cambiar la lente del objetivo, pasar de una “visión amplia” a otra de “ángulo pequeño”. Como es imposible concentrarse en todo lo que ocurre, enfocar a una persona, interacción o actividad específicas mientras, mentalmente, se bloquean las otras.
  3. Buscar “palabras o frases clave” en las observaciones de la gente, que permitirán recordar el significado de las observaciones. “Y son significados lo que nos interesa.” (Ibíd.: 77)
  4. Reproducir mentalmente las observaciones y escenas.
  5. Abandonar el escenario cuando se haya observado todo lo que se está en condiciones de recordar. “En un nuevo escenario es probable que no se pase observando más de una hora, a menos que suceda algo importante. A medida que se conoce un escenario y se aprende a recordar, se puede pasar más tiempo en el campo.” (Ibíd.: 77-78)
  6. Tomar las notas tan pronto sea posible.


En este apartado se siguió fundamentalmente a:
Taylor, S. y Bogdan, R. (1996). Introducción a los métodos cualitativos en investigación (3º reimpresión) (31-99). Barcelona: Paidós. (Trad. del original estadounidense de 1984).


II) Entrevista en profundidad

Según Blanchet (1989), hablar y hacer hablar es la técnica más evidente y la menos conoci­da. ¿Qué lugar ocupa en la metodología de la investigación? ¿Qué mecanismos determinan el desarrollo del discurso? ¿Cómo incremen­tar la pertinencia y la eficacia de la entrevista de investigación?

En este apartado se sigue fundamentalmente a Taylor y Bogdan (1996: 100-132).
Son reiterados encuentros cara a cara entre el investigador y los informantes, dirigidos hacia la comprensión de las perspectivas que tienen los informantes respecto de sus vidas, experiencias y situaciones, tal como lo expresan con sus propias palabras.
Pueden diferenciarse tres tipos de entrevistas en profundidad:
  1. Historias de vida: “(...) el investigador trata de aprehender las experiencias destacadas en la vida de una persona y las definiciones que esa persona aplica a tales experiencias.” (Taylor y Bogdan, 1996: 102)
  2. Aprendizaje sobre acontecimientos y actividades que no se pueden observar directamente: “En este tipo de entrevistas, nuestros interlocutores son informantes en el más verdadero sentido de la palabra. Actúan como observadores del investigador, son sus ojos y oídos en el campo. (...) deben describir lo que sucede y el modo en que otras personas lo perciben.” (Ibíd.: 103)
  3. Finalidad de proporcionar un cuadro amplio de una gama de escenarios, situaciones o personas: las entrevistas se utilizan para proporcionar un número relativamente grande de personas en un lapso relativamente breve.
Las entrevistas en profundidad son especialmente adecuadas cuando:
  1. Los intereses de la investigación son relativamente claros y están bien definidos.
  2. Los escenarios o las personas no son accesibles de otro modo.
  3. El investigador tiene limitaciones de tiempo.
  4. La investigación depende de una amplia gama de escenarios o personas: “En la investigación cualitativa, un ‘grupo de uno’ puede ser tan esclarecedor como una muestra grande (...). Sin embargo, hay casos en que el investigador quiere sacrificar la profundidad de la comprensión que se obtiene enfocando intensivamente un escenario o personas únicos, en beneficio de la amplitud y de la posibilidad de generalizar que se logra estudiando toda una gama de lugar y personas.” (Ibíd.: 105-106)
  5. Selección de informantes

Como la observación participante, las entrevistas cualitativas requieren un diseño flexible de la investigación. Ni el número ni el tipo de informantes se especifica de antemano. El investigador comienza con una idea general sobre las personas a las que entrevistará y el modo de encontrarlas, pero debe estar dispuesto a cambiar de curso después de las entrevistas iniciales.” (Ibíd.: 108)
Es difícil determinar a cuántas personas se debe entrevistar en un estudio cualitativo. Se puede emplear la estrategia del muestreo teórico para seleccionar las personas a entrevistar. “En el muestreo teórico, el número de ‘casos’ estudiados carece relativamente de importancia. Lo importante es el potencial de cada ‘caso’ para ayudar al investigador en el desarrollo de comprensiones teóricas sobre el área estudiada de la vida social.” (Ibídem) El momento de detener el proceso se llama saturación teórica: cuando la entrevista de personas adicionales no produce ninguna comprensión auténticamente nueva.
Tal como sucede en la observación participante, el modo más fácil de constituir un grupo de informantes es la técnica de la bola de nieve: conocer a algunos informantes y lograr que ellos nos presenten a otros.
En estas entrevistas es importante plantear:
  • Los motivos e intereses del investigador.
  • Anonimato: en general, es sensato utilizar seudónimos para designar a las personas y los lugares en los informes.
  • La palabra final: “Un modo de ganar la confianza de los informantes consiste en decirles que tendrán la oportunidad de leer y comentar los borradores de cualquier libro o artículo antes de la publicación. (...) Aunque nosotros somos renuentes a conceder a los informantes la palabra final sobre el contenido del material escrito, permitirles que revisen los originales fortalece la relación entre ellos y el investigador y la calidad del estudio.” (Ibíd.: 113)
  • Logística: hay que establecer un horario para los encuentros. “Una entrevista requiere por lo general unas dos horas. (...) Para preservar la continuidad de las entrevistas, los encuentros deben ser aproximadamente semanales. (...) Se debe tratar de hallar un sitio con privacidad donde se pueda hablar sin interrupciones y el informante se sienta relajado.” (Ibíd.: 114)
  1. Guía de la Entrevista

Se emplea para asegurarse de que se exploran los temas claves con un cierto número de informantes. No es un protocolo estructurado, sino una lista de áreas generales que deben cubrirse con cada informante. Es especialmente útil en la investigación en equipo, ya que proporciona un modo de asegurar que todos los investigadores exploren con los informantes las mismas áreas generales.


  1. Situación de entrevista

El entrevistador debe crear un clima en el que los entrevistados se sientan cómodos para hablar libremente de sí mismos. Las entrevistas en profundidad requieren capacidad para relacionarse con otros en sus propios términos, siguen el modelo de la conversación entre iguales, y no de un intercambio formal de preguntas y respuestas.
No hay ninguna fórmula simple para entrevistar con éxito, pero como recomendaciones se pueden enumerar:
  • No abrir juicio.
  • Permitir que la gente hable: “En especial durante las entrevistas iniciales, es necesario no interrumpir al informante aunque no estemos interesados en el tema que toca. (...) Cuando el entrevistado comienza a hablar sobre algo importante, deje que la conversación fluya. Los gestos de simpatía y las preguntas pertinentes sirven para mantenerlo en el tema.” (Ibíd.: 121-122)
  • Prestar atención: “(...) significa comunicar un interés sincero en lo que los informantes están diciendo, y saber cuándo y cómo indagar formulando la pregunta correcta.” (Ibíd.: 122)
  • Ser sensible: “Los entrevistadores siempre deben percibir el modo en que sus palabras y gestos afectan a los informantes. A veces tienen que ‘hacerse los tontos’, pero no ser insultantes. Deben ser simpáticos, pero no tratar con condescendencia. Deben saber cuándo indagar, pero mantenerse alejados de las heridas abiertas.” (Ibíd.: 122-123)
Durante la entrevista, se debe continuar indagando para obtener clarificación hasta que se esté seguro de lo que el informante quiere decir exactamente: reformular lo que dijo y pedir confirmación; pedir al entrevistado que proporcione ejemplos; señalar lo que no está claro para nosotros.” (Ibíd..: 124) Puesto que se espera que los informantes se abran por completo, tienen que encontrar alguna compensación en lo que los entrevistadores dicen sobre sí mismos. Probablemente no sea prudente que los entrevistadores no exterioricen en absoluto sus sentimientos.
  1. Controles Cruzados

Mientras los entrevistadores cualitativos tratan de desarrollar una relación abierta y honesta con los informantes, deben estar alertas ante eventuales exageraciones y distorsiones en las historias.” (Ibíd.: 125)
En la investigación cualitativa, resulta difícil el problema de la “verdad”. El investigador cualitativo no está interesado en la verdad per se, sino en perspectivas. Trata de extraer una traducción más o menos honesta del modo en que los informantes se ven realmente a sí mismos y a sus experiencias. La validez y valor del documento personal no depende de su objetividad y veracidad. Por ejemplo, no se espera que el delincuente necesariamente describa sus situaciones de vida con objetividad. Lo que se desea es que su historia refleje sus propias actitudes e intereses personales. “Las racionalizaciones, las fábulas, los prejuicios, las exageraciones, son tan valiosos como las descripciones objetivas, siempre que, desde luego, esas reacciones sean adecuadamente identificadas y clasificadas.” (Ibíd.: 126)
En contraste con el observador participante, al entrevistador le falta el conocimiento directo del modo en que las personas que estudia actúan en su vida cotidiana. No obstante ello, en las entrevistas en profundidad se pasa el tiempo necesario para saber cuándo una persona elude un tema o simula, y se puede “leer entre líneas” para saber si están fabricando una historia.
La realización de controles cruzados tienen como fin examinar la coherencia de los dichos en diferentes relatos del mismo acontecimiento o experiencia. Asimismo, para controlar las afirmaciones de los informantes se debe apelar a tantas fuentes de datos como resulte posible. Se pueden confrontar las narraciones de los informantes con documentos oficiales, con las narraciones de otras personas conocedoras, con nuestras propias observaciones y experiencias.
“Probablemente el mejor modo de tratar las contradicciones e incoherencias internas consista en plantear el problema directamente. Enfrente a la persona con las pruebas, en términos amables.” (Ibíd.: 127)


Entrevistas grabadas
Aunque los grabadores, por simple presencia, pueden modificar lo que la gente dice en las primeras etapas de la investigación, los entrevistadores pueden por lo general salir del paso con entrevistas grabadas. (...) el entrevistador cuenta con un lapso considerable para lograr que los informante se relajen y acostumbren al aparato. (....) Incluso aunque los informantes no presten mucha atención a la grabación, trate de reducir a un mínimo la presencia del grabador. Use un aparato pequeño y colóquelo fuera de la visión. El micrófono no debe ser intrusivo: tendrá una sensibilidad suficiente como para recoger las voces sin que sea necesario hablar frente a él. Utilice cassettes de larga duración para que no sea necesario interrumpir la conversación con frecuencia.” (Ibíd.: 130-131)


Texto preparado sobre la base de:
Blanchet, Alain (198/). Técnicas de investigación en ciencias sociales. Madrid: Narcea. (Trad. del original francés de 1987).
Taylor, S.J. y Bogdan, R. (1996). Introducción a los métodos cualitativos de investigación (3º reimpresión). Barcelona: Paidós. (Trad. del original estadounidense de 1984).


III) Grupos focales


David Morgan subraya que el propósito de los grupos de discusión es poner en contacto diferentes perspectivas, es comprender la experiencia de los participantes sobre el foco de investigación a través de un proceso abierto y emergente. El investigador cualitativo reúne a un grupo de personas relativamente pequeño, para averiguar qué opinan, cómo se sienten o qué saben sobre el foco de estudio del investigador.
En un grupo de discusión bien dirigido, los participantes tienen la ocasión de escuchar las contribuciones de los demás, lo que puede aportar nuevos puntos de vista y ayudar a desarrollar más claramente las ideas de todos. Durante el proceso de la entrevista puede surgir información que en la entrevista individual habría sido omitida o ni siquiera tenida en cuenta.
Las personas tienen la oportunidad de reflexionar en voz alta sobre sus percepciones personales acerca de determinados temas o eventos, y a veces obtener una nueva comprensión a través de las interacciones con otros miembros del grupo. Morgan afirma que las entrevistas de grupo son especialmente útiles para investigar lo que la gente piensa y para describir por qué la gente piensa como lo hace.

  1. Marco teórico/metodológico

Trabajar en el campo de la investigación social implica, entre otras cosas, producir discursos. El grupo focal es una herramienta a la que se puede recurrir para producir el discurso.
El manejo de esta técnica también incluye el trabajo con información, información en forma de discurso: flujo de mensajes que circulan entre los miembros de un grupo que pone en forma de habla sus representaciones de la realidad, las exterioriza en un espacio físico-temporal.
La técnica no se propone como una herramienta única. Un objeto de estudio social se puede abordar desde distintas formas y procedimientos, diferentes perspectivas, etc. Para acercarse a ese pedazo de realidad y preguntarle cosas, el investigador también puede valerse de muchas otras herramientas. El investigador debe decidir cuál. Debe explicar por qué esa o esas técnicas y contar cómo lo hizo; lo debe hacer consciente. “Las técnicas nos ayudan a formalizar diversos recortes informativos de la realidad, datos, sí, pero fatalmente embarazados de interpretación. En la oscuridad todos los datos o son negros o son obvios, sobre todo cuando solemos pensar que tienen que ver con la teoría y nuestros propios criterios de descripción.”
Las formas que presenta la realidad social, en cuanto a su dinamismo y complejidad, no nos dejan abordarla con una metodología cualitativa o cuantitativa, por más complejas que estas sean. La realidad requiere de metodólogos que diseñen una cultura de investigación que desarrolle con imaginación y creatividad el potencial que cada una de las metodologías puede dar si se usan en forma combinada.

  1. Sesiones de grupo como dispositivo conversacional

Se llama situación de discurso al conjunto de circunstancias, en medio de las cuales se desarrolla un acto de enunciación (escrito u oral). Tales circunstancias comprenden un entorno físico y social en el que se realiza ese acto, la imagen que tienen de él los interlocutores, la identidad de estos últimos, la idea que cada uno se hace del otro (e incluso la representación que cada uno posee de lo que el otro piensa de él), los acontecimientos que han precedido el acto de enunciación.
Hay que colocarse en una posición estratégica, en forma de encuentro, no de búsqueda. Así, el grupo es una fábrica de discursos que hacen uno solo, el del mismo grupo. Este discurso se produce a través de discursos individuales que chocan y se escuchan, y a su vez, son usados por los mismos participantes en forma cruzada, contrastada y enfrentada.
El moderador hace una propuesta, el grupo la fija y la ordena, según criterios de pertinencia, para poder así constituir el sentido social correspondiente al campo semántico concreto en el que se inscribe la propuesta.
¿Por qué se habla de un moderador? ¿Por qué y cómo fija y ordena el grupo? ¿Qué son los criterios de pertinencia? Se trata de la búsqueda de consensos, de disensos, se develan deseos y necesidades, información preconstituida en la mente del individuo que contrasta con la de los demás; todo lo anterior proviene del aprendizaje cotidiano, de las vivencias, de lo percibido en la experiencia.

  1. Las perspectivas de investigación

El investigador social suele elegir, sin pensar demasiado en la elección, la técnica que tiene más a mano: bien por razones personales (uno es experto en esa técnica), bien por razones organizativas (uno trabaja en una organización constituida para trabajar con esta técnica, bien por razones institucionales (uno pertenece a una institución interesada en vender esa técnica)”.
Bourdieu señala las “tres operaciones necesarias para el dominio científico de los hechos sociales”: una conquista contra la ilusión del saber inmediato (epistemológica), una construcción teórica (metodológica) y una comprobación empírica (tecnológica). Bourdieu se inspira en Bachelard, para quien el hecho científico se conquista, se construye y se comprueba.

Niveles
Operaciones
Modalidades
Epistemológico
Conquista
¿Para quién? / ¿para qué?
Metodológico
Construcción
¿Por qué?
Tecnológico
Comprobación
¿Cómo?

La investigación mediante grupos de discusión está sostenida por la estrategia de un sujeto. Este observa e investiga un objeto que a su vez puede constituir un sistema. Hay dos medios de informar (en sentido de dar forma) un sistema: inyectándole información desde fuera (programándolo) o construirlo de modo que pueda producir información.
El investigador que quiera hacer uso de esta técnica tiene que verse como un observador sujeto en proceso, es decir, en cambio constante. Esto es importante, ya que la técnica que aquí nos ocupa implica un diseño que puede cambiar sobre la marcha.

  1. Tamaño del grupo

Usualmente, la sesión se empieza indicando que es importante escuchar lo que dicen los demás. Hay que tener cuidado en no saturar los canales de comunicación que puede tener cada miembro del grupo, no sólo pidiendo que no hablen varios a la vez, sino también controlando el número de participantes. Se sugiere cuatro participantes como mínimo y diez como máximo.

  1. El tiempo

Se recomienda no más de una hora y media. Esto no quiere decir que debe durar noventa minutos exactos, pero se ha percibido que después de este tiempo, el grupo sufre cierto desgaste energético y comienza a tener un rendimiento desparejo.

  1. Configuración del grupo de discusión

El grupo está configurado básicamente por dos partes: el moderador y el grupo.

  1. El moderador
Se denomina moderador a la persona que va a dirigir la sesión. Se destaca así el hecho de que no realiza una entrevista tan directa como la que tiene lugar en situaciones individuales. El papel del moderador es más efectivo si demuestra un interés genuino al tiempo que desconocimiento mediante incitaciones verbales y gestuales a la participación de los miembros del grupo, y mediante preguntas de sondeo en busca de clarificación y elaboración.
Es fundamental que el investigador sepa qué está buscando. Mientras tiene lugar el grupo de discusión, el investigador debe dirigir la conversación hacia lo que él cree o espera que resulta en una discusión espontánea, interesante y participativa sobre el foco de estudio.

  1. El grupo-Selección de participantes
Dos consideraciones a tener en cuenta:

¿A quién debemos incluir en el grupo?
¿Qué les debemos preguntar?

El foco de investigación es un buen principio para responder estas preguntas.
En la selección se dan dos tipos de operaciones, una algebraica y otra topológica. Determinación algebraica (abstracta) de las clases de participantes (se podría construir un perfil de los miembros potenciales del grupo de discusión). Contacto concreto, mediante redes topológicas, con los participantes, su origen y las relaciones de cada uno en ese origen, en ese contexto. El contacto topológico para traer a los participantes al grupo implica la utilización de redes de relaciones, de comunicación.

  1. Territorio

El local donde se realiza la sesión del grupo es, por lo regular, un recinto cerrado hacia fuera y abierto hacia adentro, Es cerrado hacia fuera pues se trata, mientras dura la sesión, de que nadie moleste y de que los participantes se sientan lo más confortable posible para poder dialogar con los demás; es abierto hacia adentro pues la discusión irá poniendo nuevas rutas o temas a tratar por los miembros participantes y por el moderador.
Los locales naturales son mejores. Esta naturalidad radica principalmente en su neutralidad: abiertos para todos. Locales ideales para representar esa neutralidad son los hoteles y los centros de investigación y universidades (representan el saber o los que saben).

  1. Guía de la Entrevista

El guión de la entrevista es una serie relativamente breve de temas y preguntas que el investigador utiliza para dirigir la conversación del grupo.

  1. Interpretación y análisis del discurso

No hay una guía para la interpretación y análisis del discurso. Las recomendaciones señalan que la comprensión de las acciones requiere tanto de reconstruir el contexto como de revivir el contenido espiritual. El significado no es sólo una cuestión de lenguaje, sino que se encuentra también en las acciones. El significado en la experiencia de vida es variable y contextual, y el método para conocerlo es empático.
Bibliografía:
Maykut, Pamela y Morehouse, Richard (1994). Investigación cualitativa. Guía práctica y filosófica. Barcelona: Hurtado.
Russi Alzaga, Bernardo (1998). Grupos de discusión. De la investigación social a la investigación reflexiva. En: J. Galindo Cáceres (Coord.). Técnicas de investigación en sociedad, cultura y comunicación. México: Addison Wesley Longman.
  1. IV) Escala Likert


La forma más común de medición mediante escalas es la escala Likert, cuyo nombre proviene de su creador, el psicólogo estadounidense Rensis Likert, que la presentara en una monografía publicada en 1932, aunque se trata de un enfoque vigente y bastante popularizado.
Está especialmente destinada a medir actitudes, es decir, el modo consistente de responder frente a un objeto, en el que se incluyen elementos: a) cognoscitivos (conjunto de conocimientos y juicios de valor que implican una evaluación positiva o negativa del objeto y una apreciación de las maneras adecuadas o inadecuadas de responder); b) afectivos (sentimientos favorables o desfavorables hacia el objeto) y c) conductuales (expresión de un movimiento volitivo, que remite a la persistencia de la actitud y a la consistencia en distintas manifestaciones conductuales).
Respecto de la evaluación del área volitivo-afectiva, afirma Rensis Likert (en Summers, 1976: 182): “Los esfuerzos por medir los rasgos de personalidad datan de la misma época que las técnicas para medir capacidad intelectual; pese a ello, muy difícil sería sostener que aquellos hayan logrado un éxito similar.”
En su versión original, la escala Likert consta de varios enunciados declarativos (juicios) que expresan un determinado punto de vista u opinión sobre un objeto y con respecto a los cuales se pide al sujeto que exprese el grado en que concuerda o no. Es decir, se presentan proposiciones y se le solicita que, para cada una, elija una categoría de respuesta. Ejemplos de las alternativas o categorías en la escala Likert:
Afirmación: Votar es una obligación de todo ciudadano responsable. (Marque con una cruz)
Alternativa 1
(....) Muy de acuerdo (....) De acuerdo (....) Ni de acuerdo ni en desacuerdo (....) En desacuerdo (....) Muy en desacuerdo
Alternativa 2
(....) Totalmente de acuerdo (....) De acuerdo (....) Neutral (....) En desacuerdo (....) Totalmente en desacuerdo
Alternativa 3
(....) Definitivamente sí (....) Probablemente sí (....) Indeciso (....) Probablemente no (....) Definitivamente no
Alternativa 4
(....) Completamente verdadero (....) Verdadero (....) Ni falso, ni verdadero (....) Falso (....) Completamente falso
Alternativa 5
(....) Lo apruebo totalmente (....) Lo apruebo (....) Estoy en duda (....) Lo desapruebo (....) Lo desapruebo totalmente
Alternativa 6
(....) Siempre (....) Generalmente (....) A veces (....) Raras veces (....) Nunca
  1. En la actualidad, la escala original se ha extendido a preguntas y observaciones. Por ejemplo: ¿Cómo considera usted a Tinelli, el conductor de “Videomatch”?

( ) Muy buen conductor ( ) Buen conductor ( ) Regular ( ) Mal conductor ( ) Muy mal conductor

  1. Su confección

Los pasos principales que se siguen en la construcción de una escala Likert son:
  1. Definición conceptual de la variable o actitud que se va a medir.
  2. Recopilación de indicadores de esa variable (enunciados, preguntas, etc.). Los enunciados, que funcionan como “reactivos”, conceptúan al objeto de la actitud que se está evaluando; es muy recomendable que no excedan de veinte palabras.
Cuando Rensis Likert explica cómo armaron la escala para medir actitudes internacionales e interraciales en su equipo de investigación (en Summers: 183) señala que hicieron, en primer lugar, un examen de los cuestionarios aplicados, con los mismos propósitos, por otros psicólogos. Además, examinaron más de 200 periódicos y revistas; se entresacaron declaraciones de opinión, prefiriéndose las más dogmáticas, encontradas a menudo en las editoriales. Se incluyeron reactivos tomados de libros, discursos y panfletos, y otros elaborados por los investigadores mismos. Siempre que fue posible usar material de cuestionario, que ya hubiera sido probado extensamente, prefirieron emplear los enunciados exactamente como se habían expresado. En otros casos, fue necesario abreviarlos y simplificarlos, a fin de asegurar que solamente se considerara un asunto y de evitar la ambigüedad. Cuando elaboraron indicadores propios, buscaron principalmente la sencillez, claridad y brevedad.
Por otra parte, explica que los reactivos se presentaron de forma que permitieran un “juicio de valor” y no “juicios descriptivos” (abundan frases del tipo “los Estados Unidos deberían”, o “deberíamos”, o “a ninguna persona se le debe permitir”), esto es, “(...) tienen que referirse a los deseos, anhelos, disposiciones voluntarias de los sujetos, y no a sus opiniones con respecto a meras situaciones de hecho.” (p. 184)
  1. Un aspecto muy importante de la escala Likert es que asume que los enunciados miden la actitud hacia un único concepto subyacente; si se pretende medir actitudes hacia varios objetos, deberá confeccionarse una escala por objeto; aunque se presenten conjuntamente, se califican por separado.
  2. En cada escala, se considera que todos los ítems tienen igual peso.
  3. ¿Cuántos enunciados debe contener una escala Likert? En verdad, no hay una respuesta definitiva para esta pregunta, por cuanto el número varía según la complejidad de la variable que se quiere medir (recordemos que los enunciados que se eligen pretenden ser una muestra del “universo de indicadores” de esa variable). Sin embargo, es común encontrar escalas con más de 20 enunciados. El número original de proposiciones puede verse disminuido cuando se lleva a cabo el análisis del poder de discriminación –que abordaremos después- de cada reactivo (poder de discriminación es la capacidad de cada indicador para diferenciar bien a las personas en la actitud medida o su potencialidad para hallar diferentes grados de intensidad de la actitud bajo examen).
  4. Los enunciados pueden tener dirección positiva (favorable) o negativa (desfavorable). Dicha dirección es muy importante para saber cómo se califican las cinco categorías de respuesta.
Si el enunciado es positivo (si es favorable al objeto), cuanto más de acuerdo esté el sujeto con el mismo, más favorable es su actitud. Por ejemplo, dada la afirmación El Ministerio Nacional de Educación es necesario para asegurar la unidad educativa del país, si el sujeto está “muy de acuerdo” implica una actitud más favorable hacia el Ministerio Nacional de Educación que si sólo está “de acuerdo”.
Si el enunciado es negativo (si es desfavorable al objeto), cuanto más de acuerdo esté el sujeto con el mismo, más desfavorable es su actitud. Luego, dada la afirmación El Ministerio Nacional de Educación es un organismo que atenta contra el principio de federalización, si el sujeto está “muy de acuerdo” muestra una actitud más desfavorable hacia el Ministerio Nacional de Educación que si está “de acuerdo”. En cambio, si elige “muy en desacuerdo” implica una actitud favorable hacia dicho Ministerio, porque está rechazando la afirmación que conceptúa negativamente al objeto de la actitud. Un ejemplo cotidiano de afirmación negativa sería Adriana es una mala amiga; mientras más de acuerdo estemos con esta afirmación, menos favorable es nuestra actitud hacia Adriana.
Hay escalas que solo incluyen enunciados negativos (por ejemplo, existe una escala que evalúa, mediante este tipo de enunciados, posición antisemita). Ello porque, por un lado, tienden a ser más discriminativos (esto es, muestran más claramente distintos niveles en la actitud que se evalúa: desde –para seguir con el ejemplo- actitud muy antisemita hasta rechazo de la actitud antisemita) y, por otro lado, porque pueden redactarse de tal modo que expresen la hostilidad con mayor sutileza.
En general, cuando la actitud por evaluar lo permite, se recomienda incluir ambos tipos de enunciados –positivos y negativos-, en un número similar o igual, para evitar que el sujeto responda en forma mecánica (por ejemplo, decir en todos y cada uno de los enunciados: de acuerdo).
Si se aplican juntas dos o tres escalas, conviene mezclar los enunciados de todas, a fin de evitar también la respuesta mecánica.
  1. No deben incluirse enunciados neutrales o aquellos cuyo carácter extremo llevaría a esperar que casi cualquiera concuerde con ellos o los rechace, pues el propósito es distribuir las distintas actitudes o características de los integrantes de la población o muestra a lo largo de un continuo (desde actitud muy favorable –o desfavorable- a actitud muy desfavorable –o favorable-).
  2. En relación con el punto anterior, una vez formulada la escala, se debe proceder a su revisión a fin de eliminar enunciados que resulten oscuros y/o ambiguos; para ello, se puede recurrir al auxilio de “jueces independientes”, es decir de expertos que no hayan participado en el proceso de confección de la escala. Para este análisis, pueden aplicarse las siguientes reglas de redacción que resumen lo que hemos señalado precedentemente; cada enunciado debe:
    1. Ser “debatible”: debe reflejar una opinión, no un hecho;
    2. Ser pertinente a la variable en estudio (de allí la importancia de una buena definición conceptual de la actitud que se evalúa);
    3. Expresar una actitud definida hacia un asunto único; luego, tendrá una sola interpretación posible para los encuestados;
    4. Ser simple, en lo que se refiere a la construcción gramatical de la oración;
    5. Ser corto (como señaláramos, conviene que no tenga más de 20 palabras);
    6. Dar la posibilidad de respuesta en toda la gama de intensidad de la actitud que se evalúa.
  3. Determinación de las categorías de respuesta, esto es, elegir entre algunas de las alternativas consignadas. El número y las categorías de respuesta deben ser los mismos para todos los enunciados.
Likert utilizaba cinco categorías de acuerdo/desacuerdo en su escala original; pero, a veces, se acorta o se incrementa este número en función de la capacidad de discriminación de las personas a las que se destina. Si los encuestados tienen poca capacidad de discriminar, pueden incluirse tres categorías; por el contrario, si son personas con un nivel educativo elevado y capacidad de discriminación, pueden incluirse hasta siete categorías, en tanto se añaden opciones como “relativamente de acuerdo” y “relativamente en desacuerdo”.
  1. Asignación de un valor numérico a cada categoría:
Cuando las enunciados son positivos, se califican de la siguiente manera: Muy de acuerdo (5 puntos); De acuerdo (4); Parcialmente de acuerdo (3); En desacuerdo (2); Muy en desacuerdo (1).
Cuando los enunciados son negativos, se califican de modo contrario a los positivos: Totalmente de acuerdo (1 punto); De acuerdo (2); Parcialmente de acuerdo (3); En desacuerdo (4); Totalmente en desacuerdo (5).
Este es el procedimiento empleado por Likert, a partir de que, en sentido estricto, esta escala es una medición de nivel ordinal en el cual no podemos saber si los intervalos entre las alternativas son constantes u homogéneos.
  1. Administración a un grupo piloto o bien a la población (o muestra) objeto de estudio, para obtener las puntuaciones del grupo en cada enunciado o pregunta. Si se aplica directamente a los sujetos de la investigación, sólo se pierde el trabajo de obtener respuestas para indicadores que pueden ser descartados después (cuando se establece que tienen nulo o bajo poder de discriminación).
  2. Para eliminar los reactivos inadecuados –que no se ajustan bien a la actitud que se pretende medir-:
En primer lugar, conviene descartar aquellos en los cuales todas las personas a las que se aplicó la escala (o un alto porcentaje de respuestas, esto es, casi todas) estuvieron de acuerdo (o en desacuerdo). Obviamente, no tienen capacidad discriminativa.
En segundo lugar, Likert propone un procedimiento sencillo y que demanda poco trabajo (llamado “método de la diferencia absoluta entre los cuartiles extremos”) para determinar el poder discriminativo de los restantes: 1º) se disponen en orden descendente las puntuaciones totales obtenidas por todas las personas a las cuales se les aplicó la escala; 2º) luego, se toma el 25% de las puntuaciones más altas (cuartil superior) y el 25% de las más bajas (cuartil inferior); 3º) para cada enunciado, se calcula la diferencia que hay entre los promedios de las puntuaciones de ambos cuartiles (Promedio del cuartil superior menos Promedio del cuartil inferior); 4º) para la escala definitiva, se selecciona los ítems con las diferencias más altas.

  1. Instrucciones más comunes para el sujeto al que se aplica

  2. En cada enunciado, debe marcar una sola opción (se considera dato inválido si el sujeto elige dos o más opciones);
  3. Solicitarle que opte (por ejemplo, con una cruz dentro del paréntesis) por la categoría que “mejor describe” su reacción o respuesta.
Hay dos formas básicas de aplicar una escala Likert: 1º) autoadministrable (cada sujeto marca su respuesta en la escala) y 2º) en entrevista: el entrevistador lee los enunciados y las alternativas al sujeto, y anota lo que éste conteste. Cuando se aplica de este segundo modo, es necesario que se le entregue al entrevistado una tarjeta donde se muestran las alternativas de respuesta o categorías.

  1. Su calificación

El puntaje que se le asigna a cada sujeto en una escala Likert se obtiene sumando los valores que logra en cada reactivo. Por ello, se denomina escala aditiva o escala de puntuación sumada; esto es, desde el punto de vista aritmético, es una escala sumatoria, ya que la puntuación o medida de cada persona en la actitud que se evalúa se obtiene mediante la suma de sus respuestas a las diversas preguntas o enunciados que funcionan como disparadores.
A veces, se obtiene el promedio de cada sujeto en la escala, mediante la sencilla fórmula “puntuación total en la escala” dividido el “número de enunciados”, y entonces una puntuación se analiza en el continuo 1-5 de la siguiente manera: por ejemplo, quien obtuvo 12 en una escala que consta de 8 enunciados, tiene 1.5 (resultado de dividir 12 por 8), una actitud sumamente desfavorable hacia el objeto de que se trate.
Los valores obtenidos pueden emplearse directamente o agruparse en nuevas categorías o índices, lo cual a veces resulta más apropiado: suele hacerse dividiendo la distribución en tantas partes iguales como categorías se requieran. Supongamos que se tenga una distribución de 60 personas a las cuales se les aplicó una escala de dogmatismo; al tercio superior (los primeros 20 según puntuación total en orden descendente) se lo considera categoría alta; al 2º tercio, media; al tercero, baja. La escala, con un rango de 42 a 16, queda categorizada de la siguiente manera:
Alto dogmatismo: 42 a 36 puntos
Medio: 35 a 24 puntos
Bajo dogmatismo: 23 a 16 puntos.

Briones, Guillermo (1990). Métodos y técnicas de investigación para las Ciencias sociales (137-150). México: Trillas.
Hernández Sampieri, Roberto, Fernández Collado, Carlos y Baptista Lucio, Pilar (1998). Metodología de la investigación (2º ed.) (256-266). México: Mc Graw-Hill.
Likert, Rensis (1976). Una técnica para medir actitudes. En: G. Summers (Comp.). Medición de actitudes (182-193). México: Trillas. (Trad. del original estadounidense de 1970).
Polit, Dense y Hungler, Bernadette (1999). Investigación científica en Ciencias de la salud (5º ed.). México: McGraw-Hill. (Trad. de la 5º ed. Estadounidense de 1995).

V) Diferencial semántico

El diferencial semántico (DS) no se concibió originalmente para medir actitudes. El propósito inicial de Osgood y colaboradores (quienes lo desarrollaron) se encaminó hacia la exploración de las dimensiones del significado. Sin embargo, luego encuentran que un “(...) resultado secundario pero importante de nuestro trabajo en semántica experimental, creemos, es un nuevo enfoque y fundamento para la medición de actitudes. Nos ha sido posible identificar la ‘actitud’ como una de las dimensiones importantes del significado general y con ello extender los procedimientos de medición del diferencial semántico a uno de los campos primarios de la psicología social.” (Osgood, Suci y Tannenbaum, 1976: 277)
El DS consiste en una serie de adjetivos extremos o antónimos que califican al objeto de actitud, antes los cuales se solicita la apreciación del sujeto, es decir, éste debe evaluar el objeto en un conjunto de adjetivos bipolares, seleccionando la opción que mejor refleje su actitud.
En la calificación de + 3 a – 3 (o al revés), la posición marcada con 0 se considera neutral; las posiciones de 1 ligeramente; de 2 bastante; y de 3 extremadamente. Un reactivo como éste mide la dirección de una reacción (en este ejemplo, entre bueno y malo) y también la intensidad (desde ligera a extrema). Se le presenta a una persona un concepto de interés (por ejemplo, evaluación de una cátedra, de una ley, de una medida educativa, etc.) y se le pide que lo evalúe en un cierto número de tales reactivos –pares de adjetivos antónimos-. Observemos que los adjetivos son extremos –como ya señaláramos- y que entre ellos hay siete opciones de respuesta.
El uso reiterado de este procedimiento ha demostrado que las respuestas se explican por tres dimensiones básicas: 1) Evaluación, 2) Potencia y 3) Actividad (que se sintetizan en la sigla EPA). Algunos pares de adjetivos constituyen una cierta medida pura de las dimensiones EPA; por ejemplo, bueno-malo para evaluación; fuerte-débil para potencia y rápido-lento para actividad.
Es conveniente representar las dimensiones EPA como un espacio tridimensional.

El origen o centro de este espacio representa la neutralidad en las tres dimensiones. La consideración de las medidas EPA de un estímulo como coordenadas permite que dicho estímulo se sitúe como un punto en el espacio y este punto representa gráficamente la respuesta afectiva al estímulo.
Cuando se tiene un conjunto de pares de adjetivos adecuados para evaluar los factores EPA, el problema que se plantea es cuántos pares deben incluirse en el instrumento final. La confiabilidad del DS conduce a aconsejar que rara vez serán de utilidad más de 10 pares de adjetivos para medir una dimensión y, hablando en general, cuatro pares por dimensión evalúan adecuadamente la mayoría de los objetos de las actitudes.
Por otra parte, contrariamente a lo habitual en muchos estudios publicados, el número de pares de adjetivos de Evaluación no debe ser mayor que el número para Potencia y Actividad. Los pares de la dimensión evaluativa han resultado más confiables que los pares de potencia y actividad y, por tanto, se necesitan menos y no más para un adecuado nivel de precisión.
De manera general, el análisis de los datos obtenidos en la utilización de un DS se realiza mediante el cálculo de la suma o del promedio de los valores asignados por las personas a los objetos en los pares de adjetivos propuestos.

    1. Maneras de aplicar el diferencial semántico

Al igual que la escala Likert, el diferencial semántico se puede aplicar de dos modos: 1) autoadministrado (se la proporciona la escala al sujeto y éste marca la categoría que considera conveniente para cada par de adjetivos) y 2) en entrevista (el entrevistador marca la categoría que corresponde a la respuesta del sujeto); en este segundo modo, es muy conveniente proporcionar al sujeto una tarjeta que incluya los adjetivos bipolares y las categorías respectivas.

    1. Pasos para elaborar un diferencial semántico

Según Hernández Sampieri y col. (2000: 269-270), para elaborar la versión final de una escala de diferencial semántico se deben cumplimentar los siguientes pasos:
  1. Generar una lista de adjetivos bipolares aplicable al objeto de la actitud por medir y exhaustiva: debe constituir una muestra representativa del concepto u objeto de la actitud por evaluar; de ser posible conviene consultar investigaciones similares a la nuestra (contextos parecidos) y seleccionar los adjetivos que se hayan utilizado en dichas investigaciones.
  2. Elaborar una versión preliminar de la escala y administrarla a un grupo de sujetos a manera de prueba piloto. Para nuestra aplicación –Diferencial Semántico de Evaluación de un Curso-, del 12/11/03, adaptamos un instrumento accesible en Internet.
  3. Calificar la escala que completó cada sujeto: para dicha calificación se suman las puntuaciones obtenidas en cada indicador o par de adjetivos. La calificación va desde – 3 a + 3 para los ítems negativos; de + 3 a – 3 para los ítems positivos. (Se adjunta la “matriz de datos” de nuestra aplicación).
  4. Correlacionar cada ítem con todos los demás (cada par de adjetivos contra el resto). El diferencial semántico es estrictamente una escala ordinal, pero es frecuente que se la trabaje como si fuera de intervalo y, por ello, podemos emplear la r de Pearson para hallar estos índices de correlación. En nuestro caso, los coeficiente son:
    1. 0.06 8) 0.30 15) 0.22 22) 0.33 29) 0.29
    2. 0.05 9) 0.33 16) 0.40 23) 0.04 30) –0.04
    3. 0.07 10) 0.36 17) 0.37 24) 0.37 31) 0.03
    4. 0.04 11) 0.21 18) 0.34 25) 0.41 32) 0.32
    5. 0.31 12) 0.49 19) 0.29 26) 0.13 33) 0.45
    6. 0.18 13) 0.31 20) 0.37 27) 0.18
    7. 0.35 14) 0.06 21) 0.37 28) o.13
El alpha de Cronbach de este instrumento es 0.42. La confiabilidad entre mitades (tomando 16 ítems en un grupo y 16 en el otro) es 0.59.
  1. Seleccionar los ítems que presenten correlaciones significativas. En nuestra escala, convendría eliminar el par 1 (fácil-difícil), el 2 (rutinaria-original), el 3 (aburrida-interesante), el 4 (interminable-acotada), el 14 (mejorable-inmejorable), el 23 (específica-vaga, imprecisa), el 30 (utópica-realista) y el 31 (da rodeos-va directo al grano). También hemos eliminado el par 27 (no me ha enseñado nada-me ha enseñado nuevas técnicas), porque el programa estadístico seleccionado muestra que se eleva notoriamente el coeficiente de confiabilidad cuando se suprime (ya que es un reactivo que no discrimina –todos los sujetos eligen opciones positivas de 3 puntos).
  2. Desarrollar la versión final de la escala.
La versión final de la escala, entonces, tiene 25 ítems. El alpha de Cronbach es 0.83 y el coeficiente de confiabilidad por mitades es 0.93.


Heise, David (1976). El diferencial semántico y la investigación de actitudes. En: Summers, Gene (Comp.). Medición de actitudes (287-310). México: Trillas. (Trad. del original estadounidense de 1971).
Hernández Sampieri, Roberto, Collado Fernández, Carlos y Baptista Lucio, Pilar (2000). Metodología de la investigación (2º ed.). México: MacGraw-Hill.
Osgood, Charles, Suci, George y Tannenbaum, Percy (1976). El diferencial semántico como instrumento de medida. En: Wainerman, Catelina y otros. Escalas de medición en ciencias sociales. Buenos Aires: Nueva Visión. (Trad. del cap. 3, pp. 76-104, de The Measurement of Meaning. Urbana: University of Illinois Press).